Es la ballena más rara del mundo, con sólo siete de su especie avistadas alguna vez. Casi nada se sabe sobre la enigmática especie. Pero el lunes, un pequeño grupo de científicos y expertos culturales en Nueva Zelanda se agruparon alrededor de una ballena de diente de sable casi perfectamente conservada con la esperanza de descifrar décadas de misterio.