El gobierno de Enrique Peña estaba requería 241 mil millones, esto es el 1.4% del PIB, y ante los acuerdos de ayer PRI-PRD, se están logrando solamente 185 mil millones de pesos, el 1.1% del PIB, por lo que el aumento presupuestal superior a los 530 mil millones de pesos, finalmente será subsidiado por más de 52% mediante mayor deuda pública y menos del 48% a través de la reforma propuesta.
Por otra parte, ante la trásfuga de los Senadores del PAN, en la madrugada del martes, la fracción perredista de los Senadores, lograron sobreponer algunas de sus Reservas, logrando avanzar hacia algunas de sus propuestas en búsqueda de una reforma más a favor de la clase trabajadora.
La homologación del IVA en las fronteras finalmente será impuesta aún en contra de las diversas manifestaciones que grupos y organismos de empresarios expusieron, por lo que los Senadores del PRI y PRD aprobarán esta medida, que aumentará el IVA actual del 11% al 16% genérico.
Los impuestos especiales (IEPS) a los refrescos y bebidas azucaradas mantendrán la propuesta de 1 peso por cada litro, logrando el PRD salvar de esta medida a la Cooperativa refresquera mexicana “Pascual” que procesa refrescos a base de frutas naturales, compitiendo contra las grandes transnacionales.
Los perredistas presionan aún por racionalizar el gasto del sector público, buscando que se propongan ahorros considerables con la baja del gasto corriente de los altos funcionarios federales (o sea que la caída de ingresos se refleje en una caída del gasto corriente)
Asimismo logran ajustar el aumento del ISR con cambios hacia los contribuyentes tramo del 31% hasta 500 mil pesos. Otro gran arreglo, es que el seguro del desempleo sea financiado con Fondos del Gobierno Federal y no con los Fondos de las AFORES. Además, el IEPS a los alimentos chatarra pasa del 5% inicial, al 8% en estos nuevos ajustes.
Otros acuerdos abordados por la tarde de ayer, en sesión en un restaurante del centro de la ciudad por perredistas y priístas con el secretario Luis Videgaray, fue continuar con el régimen de pequeños contribuyentes, y se podrán deducir el 50 por ciento de las prestaciones sociales. El ISR a las personas físicas se mantendrá en una tasa de 30 por ciento a los que ganen al año hasta 750 mil pesos.
Además, el Impuesto especial a alimentos no básicos con alta densidad calórica, llamados «chatarra», sube a 8 por ciento, desde el 5 por ciento fijado originalmente por la Cámara de Diputados, y la deducibilidad en las prestaciones se eleve de 47 a 50 por ciento.
Se ajustó la distribución del pago de derechos mineros para quedar así: 20% gobierno federal, 30% entidades federativas y 50% municipios mineros, que previamente estaba en 40, 30 y 30%, respectivamente.
Además e acordó financiar el nuevo Seguro de Desempleo con una partida presupuestal especial, en lugar de con fondos de pensiones de los trabajadores, y sin tocar los fondos de los trabajadores en el INFONAVIT.
Los senadores del PRD informaron que en cuanto al Régimen de Pequeños Contribuyentes (Repecos) se acordó ampliar a 10 años el plazo para que transiten al Régimen de Incorporación y tengan incentivos.
Se ajustó el ISR para personas físicas, y ahora se aplicará una tasa de 32 por ciento para quienes tengan ingresos anuales superiores a 750 mil pesos, y se quitó el que aplicaba una tasa de 31 por ciento para aquellos con ingresos arriba de 500 mil pesos.
Asimismo, se admitió que exista un plazo para que el nuevo Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) entregue su propuesta de figura de concesión única y, con ello, el Congreso defina el monto de derechos a pagar por el uso del espectro radioeléctrico.
En síntesis, el Senado de la República aprobó con mayoría priísta y perredista, 73 votos a favor de 128, la reforma Hacendaria en una jornada extenuante que terminó con la entrada en vigor del IVA al 16% en la frontera, 8% a los alimentos chatarra, 1 peso por litro de bebida azucarada y el incremento escalonado del Impuesto Sobre la Renta, acotado al 30% de menores ingresos.
Lo impactante de todo esto, y es donde los perredistas y panistas tienen parte de la razón, aunque no va con su propia tónica de gobernar, es que en tiempos de crisis la receta economicista determina es bajar impuestos y no aumentarlos, además bajar el gasto corriente oneroso.
Algo que está siendo muy criticado, es que no se tocó el esperado aumento en la base gravable, para que no sigan pagando impuestos los mismos causantes cautivos de siempre. Esto es los trabajadores y las clases medias. Además, se está afirmando que el esperado ajuste al “Régimen de Consolidación especial”, no fue como se solicitaba, y solo se trata de un cambio de nombre.
Los pronósticos económicos tanto de la SHCP y Banco de México para el 2014 son pesimistas, ante la persistencia de la actual desaceleración y el pronóstico para el próximo año es que el crecimiento será no mayor al 3%, siempre y cuando se apruebe la reforma Energética, lo que podría irse modificando, como ocurrió en este año, al bajar del 3.8 por ciento a inicios del año al estimado de 1.8%, y recientemente menos del 1% de continuar la crisis de Estados Unidos.