Por José Gregorio Aguilar

Cualquier política pública que se ponga en marcha para frenar el consumo de comida chatarra y en contra de productos como tabaco y alcohol no van a servir si en el hogar no se cambian los hábitos alimenticios, reafirmó Nemecio Álvarez Palomo.

De esta forma reaccionó el especialista en medicina naturista sobre el aumento que ha experimentado la compra de productos chatarra, tabaco y alcohol aún y cuando se les ha puesto restricciones, reformas e impuestos y cuya recaudación subió, de acuerdo a datos de la Secretaría de Hacienda, 10 mil millones de pesos en primer semestre de este año.

“La educación inicia en el hogar si niños ven que los adultos en casa consumen chatarra, y los fines de semana tienen un estilo de vida de consumir tabaco, alcohol, carnes frías, salchichas, hamburguesas, esos hábitos los están heredando a sus hijos, obviamente se requiere una buena educación y una política educativa de conciencia; es cierto que ya hay sanciones y ya los muchos productos están ahí alertando sobre el exceso de azucares, carbohidratos y conservadores que generan adicción pero aún así la gente los sigue consumiendo”.

Nemecio Álvarez recordó el fracaso del gobierno federal en el 2010, cuando buscó, a través del Acuerdo Nacional por la Salud Alimentaria, expulsar la comida chatarra de las escuelas para evitar que siguiera creciendo el porcentaje de menores con obesidad y sobrepeso. Pero la realidad demostró que en Tamaulipas la compra de productos nocivos para la salud tanto en planteles como en las afueras de los mismos no cedió.

El especialista en Medicina Naturista resumió que la educación en casa, y el ejemplo de los adultos, es fundamental para lograr revertir la situación y garantizó que el papá o la mamá que educa con el ejemplo logrará que sus hijos adquieran una mejor cultura alimenticia y sean capaces de rechazar, por sí solo, los llamados alimentos chatarra que están llenos de grasa, azucares y carbohidratos.

“También afectan la buena memoria y el coeficiente intelectual, hay alumnos que no se saben las tablas de multiplicar, algunos en secundaria no saben leer ni escribir bien, pero no hay que buscar culpables, tenemos que ponernos las pilas desde las casas. Y sí se hizo el intento de cerrar los changarritos afuera de las escuelas y prohibir la comida chatarra en las cooperativas pero me da pena reconocerlo pero se siguieron vendiendo chicharrones con salsa valentina por ejemplo”.