Suele pasar que en importantes premiaciones algún famoso si no cae… resbala, y eso fue lo que le sucedió a la guapa mexicana Salma Hayek en la gala de los Globos de Oro, que se celebraron ayer en Los Ángeles.

Aunque no todo fue su responsabilidad, la actriz se quedó en blanco durante su participación en la velada pues el telepromter se apagó justo cuando le tocaba su turno.

Nerviosa por el accidente, Hayek intentó justificar su silencio ante sus colegas y sólo pudo intercambiar algunas miradas incómodas con su compañero Paul Rudd, quien sólo se limitó a saludar al público.

Salma y Paul fueron los encargados de presentar la categoría a Mejor Drama de Televisión, donde salió galardonada la serie Homeland.