Cuando el abogado José López Portillo era presidente de la república definió a su hijo José Ramón como el orgullo de su nepotismo pues, el muchacho que acababa de concluir sus estudios universitarios había recibido nombramiento como subsecretario; pero JLP no se conformó con encumbrar a su engendro y convirtió a su hermana Margarita en la directora de Radio, Televisión y Cine.

A la hermana consentida del entonces presidente le gustaba la poesía y entre sus críticos se le conocía como la pésima musa, en tono de chunga, ya que la ilustre dama era admiradora ferviente de doña Juana de Asbaje y Ramírez, conocida mundialmente como Sor Juana Inés de la Cruz a la que se debe el más importante texto feminista de la época del virreinato.

Los hijos adoptivos del guanajuatense Vicente Fox Quesada se comportaron con cierta discreción cuando residieron en Los Pinos, sin embargo, los hijos de Marta Sahagún (los hermanitos Bibriesca) desde el PAN siguieron la vieja tradición inaugurada por los políticos del PRI en el sentido de que los familiares de los más altos funcionarios tienen una especie de derecho divino para hacer negocios extralegales que les garanticen un futuro luminoso.

El michoacano Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa demostró ante el mundo que los santurrones de la extrema derecha bendicen el nepotismo y, como la familia es sagrada, desde la presidencia de la república, apoyó a su hermanita Luisa María (La Cocoa) para que se embarcara en la loca aventura de buscar la gubernatura de la entidad purépecha con los resultados desastrosos ya conocidos por todos.

Los políticos de todas las tendencias ideológicas rinden culto a la familia, sin embargo, hasta el actual presidente fue víctima de los desatinos de sus seres queridos ya que una de sus amadísimas hijas se refirió en tono despectivo a los pobres que preferían otras opciones electorales; se hizo el escándalo en las redes sociales, sin embargo, se manejaron los daños mediáticos y la señorita es una de las felices inquilinas de Los Pinos.

A nivel nacional aun se mantiene la ola informativa del cese de Humberto Benítez Treviño quien ocupaba el cargo de Procurador Federal del Consumidor quien fue víctima de la animosidad de su hija (famosa ya como Lady PROFECO) porque la señorita se emberrinchó cuando le negaron su mesa preferida en un restaurante de postín de la ciudad de México.

El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dijo que la salida de HBT es para demostrar el compromiso del presidente Enrique Peña Nieto con la legalidad y la transparencia pero no faltaron los insidiosos que vieron en el mensaje el poder de los empresarios; de tal manera que, si por la queja de un restaurante chilango corrieron al titular de PROFECO, quien es amigo de EPN, es obvio que el delegado local, Felipe Garza Narváez jamás se atreverá a cerrar siquiera una taquería por temor al despido.

Siguiendo con el sufrimiento de los políticos por los excesos de sus familiares, vale la pena recordar una anécdota que cuenta el experimentado periodista victorense, Jorge Bladimir Joch, quien narra una visita del entonces gobernador Enrique Cárdenas González al municipio de Padilla, cuando se desplazaba a una comunidad rural acompañado del alcalde.

Recuerda Bladi que a don ECG le llamó la atención un vehículo que se acercaba mucho a la unidad donde viajaba y, como no podía identificar al conductor porque los caminos entonces eran muy polvorientos, le preguntó al alcalde que quien se atrevía a conducir de manera tan irresponsable en la comitiva del gobernador; el presidente municipal infló el pecho y exclamó: el que viene atrás de nosotros es mi hijo; no se apure patrón, ya ve como son de bolados los hijos de los políticos.

El doctor Emilio Martínez Manautou, como gobernador de Tamaulipas, también siguió la tradición y encumbró al más querido de sus hijos políticos: el ingeniero Raúl Blázquez Coppel quien era el verdadero jefe del gabinete como lo confirman algunos de los más cercanos colaboradores de EMM quien gobernó a Tamaulipas como si fuera una república.

Amplios sectores de lo que se conoce como opinión pública se han ensañado con algunos funcionarios cuyos hijos tienen conductas inapropiadas pues en México tenemos la tendencia a magnificar los defectos de los hombres públicos y a minimizar sus talentos que, seguramente los tienen, ya que para escalar en el servicio público no bastan las recomendaciones o el apellido.

A nivel nacional ha destacado también un hijo de presidente al que no le ha bastado el apellido para llegar a la cúpula del poder pues el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano ha tenido que conformarse con ser subsecretario, gobernador y senador por el PRI, además de jefe de gobierno del DF y candidato a la presidencia (varias veces) por el PRD.

En Tamaulipas también hay hijos de ex gobernadores que tratan de labrarse un futuro participando en la iniciativa privada o en el servicio público lo cual demuestra que la familia da para todo; así como hay elementos con conductas poco recomendables, también hay descendientes de gobernantes que tratan de labrarse su propio espacio pues en nuestra patria, a pesar de los tropezones autoritarios, aun contamos con muchos espacios abiertos.

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