Hay una frase, que dice que a cada quien le llega su hora. Y en efecto a todos nos llegará un día, pues es la ley de la vida nacer, reproducirse y morir.

Pero a quien ya le está llegando, no es precisamente a un ser vivo o humano, sino a tal vez el monopolio más poderoso de México y quizá de toda América, me refiero a TELEVISA.

Y no es porque vaya a desaparecer o a morir como empresa, está muy lejos de que suceda eso, sobre todo por su gran influencia sobre el mercado y su músculo económico arrollador.

Pero sí podríamos decir, que sus productos publicitarios y los cuales les han dado a ganar millones de pesos, hoy en día se están desinflando como globos.

Un ejemplo de ello, es la Selección Mexicana de Futbol, que por años ha sido inflada por esta televisora y construida casi como potencia mundial a base de comerciales y publicidad engañosa. Ahora ya les anda porque se les está cayendo el teatrito al evidenciar el nivel mediocre de la selección, al grado de ya estar al borde de la eliminación para el mundial de Brasil 2014.

Su otro producto en peligro de extinción, es Saúl Álvarez, mejor conocido como el “canelo”, que es un chavo de 23 años, werito con ojos de color, simpático y que debieron usarlo para ser protagonista de telenovela o algo así.

Pero TELEVISA lo decidió usar en el mercado como un boxeador, vendiéndonos a un fuera de serie, a un boxeador de talla mundial que le ganaba a todos y que estaba llamado a ser el mejor peleador de la historia, según ellos.

¿Y qué sucedió con el boxeador estrella de TELEVISA? La historia la vimos todos el sábado pasado, se encontró con un verdadero boxeador en el ring que puso en su lugar al mismo “canelo” y a la ilusión vendida por TELEVISA.

En hora buena, que el pueblo de México se dé cuenta que vivimos engañados por una publicidad engañosa, amañada, que solo obedece a intereses y no a la verdad.

Que se dé cuenta que las televisoras nacionales, TELEVISA Y TV AZTECA, solo nos venden basura y programas chatarras dirigidos a una sociedad acorralada, en crisis de pobreza y a la que le venden espejismos, bien construidos por cierto.

Por lo pronto, ya se desinflaron dos globos gigantes, construidos por el imperio televisivo que más influye en los mexicanos, que es TELEVISA, esperemos y pronto se desinflen otros que todavía andan rondando por allí.