Lunes 2 de julio del 2012, Tamaulipas amaneció azul desde Nuevo Laredo a Tampico, excepto la capital y El Mante que se rescató horas después por los tricolores, del lado del PAN todo era alegría, habían ganado sin gastar un peso, sin gastarse los zapatos, e incluso en medio de desacuerdos y pleitos internos que los hacían ver demasiado mal.

Desde luego, la cúpula azul y sus próceres hacían cuentas alegres, los primeros se veían barriendo en la elección local del 2013, sus próceres en algunos casos haciendo cuentas de cuanto podrían vender una elección para alcalde y otros, más abusados, si les volverían a dar 50 millones por la gubernatura.

Uno más, el caso de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, empezó desde ese día su campaña a la gubernatura, comenzó a cuerpear a los ganadores, y hasta los hizo de su lado, y sin disimulo alguno acudía a hacer amarres a los municipios, juraba y perjuraba que todo el financiamiento de su futuro saldría de Reynosa, con El Chuma de candidato a alcalde.

Apenas meses después la triste realidad azul les regresó de golpe y porrazo, les hizo entender que ninguna elección se parece a la anterior y que la pelea por las presidencias municipales es más desgarradora, más cruenta, pero sobre todo, antes que la elección de gobernador.

Más triste la situación cuando el sistema tricolor ni siquiera gastó un peso en ello, o por lo menos no se notó, fueron, las ambiciones de los azules y su falta de ideología lo que logró descarrilar sus sueños de gobernar los municipios del Estado y ganar la mayoría en el Congreso.

Pudiera decirse que el PAN tiene las mismas posibilidades de refrendar el triunfo del año pasado pero no parece así, se dividió tanto que sus mejores gallos aparecen de esquiroles, de traidores, o de ambiciosos candidatos en otros partidos, sobre todo en Movimiento Ciudadano.

Tan mal están que en Reynosa El Padrino no fue capaz ni de controlar a su propia familia, la pelea fue a matar porque las huestes de Francisco Javier Cabeza de Vaca sabían que en el triunfo o la derrota de ese municipio estriban sus posibilidades de ser candidato a gobernador, sin problema alguno, en tres años, ahí el resultado fue desastroso, quedaron divididos, acusándose de delincuentes unos y otros, de maricones, de poco hombres y empezaran tarde la elección.

En el resto del Estado tampoco ganaron muchas los del equipo de El Padrino, en fin, el caso es que el PAN no parece el mismo del 2 de julio del año pasado, se dejaron llevar por sus ambiciones personales, por sus sueños de ganar la gubernatura en el 2016 antes que la elección del 2013 y los resultados, los malos resultados, ahora son muy evidentes.

Pueden ganar elecciones, si, la lógica dice que una elección democrática gana cualquiera que convenza al electorado o cualquier partido que sea receptor de los votos del rencor o del odio en contra de un partido que no quieren que gane, pero obviamente sus posibilidades son muy bajas en casi todos los municipios y se complican más en los distritos.

Lo ideal, le repito, es que todos los partidos estén fuertes, tengan dirigencias y militantes con harto sentido de pertenencia y muy ideologizados, de esa forma son una competencia más real, pero sobre todo, son partidos capaces de proponer y ahí es donde gana la sociedad, teniendo mejores candidatos.

Lamentablemente hoy no es ese día, en Tamaulipas la ambición de algunos ha descarrilado a la oposición, la ha disminuido, y en lugar de estar en manos de ellos ganar ahora todo depende de su suerte, sobre todo, de la suerte de el PAN.

Les dejo el twitter @gatovaliente para que nos siga, también el correo electrónico y la cuenta de facebook a sus órdenes para lo que guste y mande… [email protected]