De ARTURO SOTO ALEMÁN, el candidato del PAN al municipio de Victoria, me llama la atención su intrepidez para lanzarse a un ruedo político donde nadie lo conocía.
Esto, obviamente quiere decir mucho para un joven de su edad, porque le ha invertido tanto a su imagen política, que ciertamente ha logrado penetrar en el ánimo de los victorenses.
Ayer vi en un periódico de circulación local, una encuesta con tendencias del voto, en donde se ponía a la cabeza con 34 por ciento de las preferencias si hoy fueran las elecciones.
Por supuesto que aún falta mucho para el proceso electoral, sin embargo estar ubicado en la primera posición habla mucho de su trabajo político en pocos meses.
Creo que este candidato hizo lo debía hacer para asesorarse en materia de imagen y campañas políticas, porque acudió ante una agencia de publicidad política que le ayudó a diseñar y fraguar el slogan de: esta Victoria sí es posible.
En la primera parte de su pre campaña le invirtió mucho dinero para posicionarse frente a políticos con cierto cartel, incluso personajes conocidos por los victorenses, de manera que el reto no estaba fácil, porque significaba empezar desde abajo.
ARTURO tiene ventajas muy claras en esta competencia electoral, que tienen que ver con la novedad de un joven soñador, que le apuesta todo a un proceso electoral, y que está frente a su primera oportunidad como producto político.
Es orador, tiene presencia y conocimiento del tema político, porque toda su vida ha militado en Acción Nacional, y los viejos panistas victorenses lo están apoyando.
Estuve en el Foro Político organizado por la CANACO local, y vi el desempeño que tuvo cada uno de los candidatos a alcaldes.
A SOTO le faltó un poco más desenvolvimiento que tuvo por ejemplo la candidata del PRD, ROSARIO GARZA HINOJOSA, a quien le tocó dirigirse al auditorio a capela, porque en el momento de su intervención se fue la luz.
Después de exponer su proyecto político, tomó asiento y ahí permaneció respondiendo preguntas de los empresarios, y no aprovechó el espacio para tomar mayor seguridad y contagiar con su vitalidad y dinamismo.
Su esposa LIZ CALDERÓN es una buena imagen a su lado; una mujer también con un gran carisma, que cree en los sueños de un hombre, cuyo mayor mérito ese ése: soñar.
Él nació en el municipio de Llera, pero desde pequeño ha radicado en la capital, y creció en el barrio de la colonia Las Playas; un barrio pobre, con muchas carencias urbanas.
En ese sector arrancó su campaña, como una forma de volver a los orígenes que lo hicieron el hombre que ahora es, y que de cierta forma habla de la congruencia de quien ha saltado a la fama y no se olvida de su cuna.
En este poco tiempo ha crecido mucho su imagen política, porque también la apuesta ha sido mucha, y mantiene su mira en la oficina del segundo piso de la Presidencia Municipal de Victoria, ahí donde grabó un video para transmitirlo por televisión.
El crecimiento de ARTURO pues, es claro, y tiene un concepto definido de lo que es la política y hacia donde va.
Me parece que esa es la principal condición para quien quiere alcanzar sus propósitos en la vida; sin proyecto no hay nada.
El reto es grande, pero también la recompensa, por eso a cada minuto busca insertar su imagen y su nombre en la mente de los victorenses, confiado en los beneficios de la mercadotecnia política.
La Cosecha.
El evento cultural de RIGO TOVAR pasó sin pena ni gloria en el municipio de Victoria.
Quizás no fue el mejor momento para llevar a cabo un proyecto artístico para reconocer la trayectoria de un hombre, y quizás el único tamaulipeco que alcanzó la gloria en la década de los 70.
Considero que el mejor momento para haber desplegado un evento de esta magnitud, era el Festival Internacional Tamaulipas, de hecho él hubiera sido el artista “invitado” para destacar su carrera musical.
Con RIGO crecieron muchas generaciones, y aunque su música ya no se escucha, logró inmortalizar MI MATAMOROS QUERIDO, del cual el ex gobernador TOMÁS YARRINGTON RUVALCABA pidió se grabara esta canción con la voz de GUDALUPE PINEDA y a un ritmo de balada.
La humildad de RIGO y su alegría, hacía enloquecer a las masas femeninas.
Un día en la presidencia municipal de Matamoros, el alcalde TOMAS YARRINGTON le preguntó a RIGO ¿Qué hay qué hacer RIGO?, Yo hago lo que diga el Presidente municipal, le respondió.