El aguacero de hace dos días, dejó daños, pero a la vez beneficios. Pues mire usted, ya hacía falta una tromba, un ciclón como el que se dejó sentir en Ciudad Victoria y municipios aledaños.

Según los expertos, no es lo ideal que llueva a raudales, pero a cómo está la sequía y la escases de agua, que llueva como sea, pero que llueva, para que nuestras presas se llenen y los campos de cultivo se rieguen

Es impresionante como 1 hora de lluvia colapsó a la capital tamaulipeca. El cielo se abrió y las nubes negras descargaron toda su furia en la mancha urbana.

Caos en avenidas inundadas, choques, carros varados, pánico entre los transeúntes y la evacuación de una escuela, fueron la historia del día martes.

Las escenas que se observaban en las calles, parecían de ficción, de película, no cabe duda que contra el poder de la naturaleza nadie puede hacer nada.

Nos vimos reducidos ante la fuerza ilimitada del agua. Un diluvio autentico nos cayó. ¿Queríamos agua? Nos la mando el cielo, y de sobra.

En el mundo moderno, nos hemos adaptado a una vida cómoda, debemos de acostumbrarnos a vivir también este tipo de episodios. El cambio climático traerá cada vez sucesos más desastrosos y de escándalo.

No entiendo de qué nos espantamos, si los seres humanos somos los principales culpables de que el clima sea cada vez más radical en su manifestación. El calentamiento global que hemos provocado, nos está pasando la factura.

A propósito de esto,  pudimos detectar que  autoridades como protección civil, no están preparados ante una emergencia por algún fenómeno meteorológico.

Después de este suceso, deben y es su obligación tomar las medidas pertinentes para estar preparados ante un futuro huracán. No es posible que no se tengan protocolos ni la capacitación que requiere el personal para ayudar a la población.