Hace un año, el Gobierno de Peña Nieto comenzó a tambor batiente su administración, con un discurso contundente donde se decía que no se permitiría más la corrupción y los malos manejos en distintos rubros del país.
Esto lo reafirmaron el 26 de febrero pasado, cuando aprendieron y encarcelaron a quizá el cacique más repudiado y bandido de México, que es Elba Esther Gordillo Morales.
Nadie se había atrevido a siquiera levantarle la mano a Elba Esther Gordillo, ni Vicente Fox, ni Calderón hicieron nada contra ella, por el contrario presumían ser amigos y compadres.
Con la detención de la ex líder del SNTE, todos pensamos que era en serio el discurso de la Presidencia de la República, de acabar con los malos manejos, la corrupción y el enriquecimiento ilícito en los Sindicatos y dependencias gubernamentales.
Pasaron los días, los meses y hasta hoy 25 de septiembre, todos nos preguntamos, ¿Por qué no se ha investigado al líder Petrolero Carlos Romero Deschamps?
El día de ayer, Carlos Loret de Mola, habla en su columna “Historias de Reportero” en el periódico EL UNIVERSAL, sobre los lujos y los excesos con los que viven los hijos de CRD.
Nos cuenta en su columna, que José Carlos Romero Duran, vástago del líder petrolero, se le conoce en los restaurantes más caros y selectivos de Miami, como “el dueño de PEMEX” y se le puede ver en la unión americana presumiendo sus yates y su auto lamborghini, valuado en varios millones de pesos.
También nos dice que la otra hija de CRD, Paulina, presume en Facebook fotos de sus viajes en aviones privados, con sus bolsos de mano de 200 mil pesos y que pasea en primera clase a sus tres perros bulldogs ingleses.
Todos este cochinero que ha salido a la luz pública, nos hace pensar que eso de la reforma energética y la reforma hacendaria de Peña Nieto, son una vil farsa.
Pues como pretenden que nos creamos que las reformas son para mejorar, si a Romero Deschamps no lo auditan y por consecuencia lo encierran en la cárcel.
Mientras el pueblo de México, sufre por las inundaciones y los destrozos que han dejado los recientes fenómenos meteorológicos, la familia bien de los Romero Deschamps, se da la gran vida en el extranjero.
Por estas historias, es que los mexicanos no debemos de creerle absolutamente nada a los discursos de nuestro Presidente. Pues EPN, es cómplice de la corrupción, de las raterías y el despilfarro excesivo de dinero que varios dinosaurios políticos y líderes sindicales cometen descaradamente.
Mientras no se haga nada en contra del líder petrolero y contra otros sujetos que se han enriquecido ilícitamente a costa de los mexicanos, yo lo invito estimado lector, a no creer ni una sola palabra que salga de la boca del Presidente de la República y de la oficina de la Presidencia.