La manifestación de un pequeño grupo de maestros normalistas sin empleo, frente a la Secretaría de Educación de Tamaulipas, donde protestaban por la mala distribución de las plazas, es de aplaudirse y de convocar a que se unan más personas a manifestarse ante todas las cochinadas que se hacen con las plazas de los maestros.

Quizá eran pocos los normalistas que con cartulinas y gritos protestaban ante la desesperación de no encontrar la oportunidad de trabajar en su profesión de maestro, pero existen miles en el Estado que están en la misma situación.

Existen casos de “juniors” que no estudian, de esos “ninis” que se la pasan tomando y de rol con sus amigos, que sin ningún tipo de vergüenza presumen cobrar como maestros y tener una plaza, solo porque son hijos del director.

¿Cuántos aviadores y sujetos que están en la nómina de la educación, cobran como maestros y nunca se han parado donde supuestamente trabajan? Deben de ser miles en todo el Estado, es muy lamentable y penoso que sigan existiendo este tipo de irregularidades en el sistema educativo, esto ante la complicidad de la SEP y el SNTE.

No cabe duda que en México y en nuestro Estado, impera la ley de la corrupción, de las palancas y de los compadrazgos. Siempre ha sido así, para fortuna de pocos y para desgracia de las mayorías.

Mientras tanto, siguen egresando alumnos de las normales y las universidades, solo para engordar las filas del desempleo y para trabajar en el subempleo y en las maquiladoras que explotan a sus trabajadores.

En este punto, es precisamente donde debiera existir una regulación para que las Instituciones de Educación Superior como universidades o normales ya no oferten carreras a los estudiantes donde es mucha la demanda y ya no hay suficientes oportunidades de empleo.

Debe de ser muy difícil para los jóvenes, pasar del sueño de terminar su carrera profesional, a la pesadilla de no encontrar trabajo ni oportunidades para desarrollarse en la vida.

Y no es porque no exista talento, pues hay gente muy valiosa y bien preparada que egresan de las universidades en Tamaulipas, el problema es que aquí solo prevalece la ley del influyentismo, de la herencia de plazas a familiares y de los arreglos por abajo del agua, ¿Niéguemelo?

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