Por José Gregorio Aguilar
El obispo de la Diócesis de Victoria, Oscar Tamez Villarreal, afirmó que el fervor y las peregrinaciones guadalupanas se mantienen más vivas que nunca debido a la importancia que tiene la Virgen de Guadalupe en la fe católica.
Como se sabe, en Victoria el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe es el sitio de peregrinación por excelencia y en este año ya un gran número de peregrinaciones de asociaciones civiles, instituciones gubernamentales, sindicatos y parroquias, se han agendado para participar en estos actos de fe, que arrancan este domingo 1 de diciembre.
“El número total no lo tengo, no tengo el número exacto pero sé que hay una buena cantidad de peregrinaciones anotadas; nosotros oficialmente empiezan este sábado con la peregrinación de monaguillos que es con la que tradicionalmente se abren las peregrinaciones diocesanas, está contemplado empezar a las 6 pm de ahí de la plaza del 8 para llegar a misa a las 7 pm yo acompañaré al grupo de monaguillos y a esta pastoral con eso se empieza. Como Catedral tendremos la peregrinación el domingo 8”.
El Santuario de la Loma, escenario de múltiples actividades en honor a la Guadalupana, atrae a miles y miles de personas cada año que se unen a estas celebraciones que concluyen el 12 de diciembre, día central de la celebración, en el que se realizarán diversas misas en los templos católicos.
Como cada año, el Obispo presidirá la eucaristía el 11 de diciembre a las 10 de la noche, en las escalinatas del Santuario
“Gracias a Dios la respuesta ha sido muy bonita, muy buena, fue impresionante la misa del año pasado ver desde la escalinata todo lleno la verdad es que la respuesta ha sido muy buena muy generosa y definitivamente las manifestaciones de devoción a la santísima Virgen en las evocación de nuestra señora de Guadalupe en nuestra comunidad es muy buena esperamos que este año la celebración eucarística del día 11 haya buen clima y nos permita hacer la celebración igual o mejor que el año pasado”.
Y es que la Iglesia Católica promueve la devoción a la Virgen de Guadalupe y fomenta las peregrinaciones como una forma de profundizar en la fe y buscar la protección y el amor de la Virgen, cuya tradición relata que se apareció en cuatro ocasiones al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac.