La visita de Barack Obama a México, le vino bien a Peña Nieto. Pues vino a hablar puras maravillas de nuestro país y a hablar de temas sosos que a pocos le importan.
Vino como buen “rey del mundo” a darle el espaldarazo a nuestro presidente. En otras palabras, dijo que “en México todo estaba bien”, que estamos progresando y que en pocos años nos convertiríamos en una potencia mundial.
Cuando todos sabemos que México no atraviesa un buen momento en ningún sentido. Marchas y manifestaciones violentas, inseguridad y gasolinazos cada mes, nos tienen hundidos a los ciudadanos mexicanos en una grave crisis.
Obama, ni siquiera mencionó el tema de la seguridad, siguiendo la misma línea del gobierno mexicano de querer ocultar cualquier situación relacionada con la violencia.
Tan solo con ver la escolta de seguridad del Presidente de los Estados Unidos, nos damos cuenta que no confía en las autoridades mexicanas y que todo lo que vino a decir a nuestro país, es “puro rollo” como dicen los chavos.
También se reunió con un grupo extenso de jóvenes mexicanos, a los que les generó optimismo en relación a su futuro, pero también dejó dudas.
«Es cierto que nada es inevitable. El progreso como éxito nunca está garantizado. El futuro que sueñan del México que se imaginan debe construirse, debe ganarse. Nadie más lo puede hacer por ustedes, solo ustedes se lo pueden ganar. Ustedes son el futuro. Como escribió Nervo en La Raza de Bronce, tú eres el sueño», dijo el mandatario.
Me parece que es muy fácil, por parte del Presidente estadounidense, venir a decirnos a los jóvenes mexicanos, que luchemos por el progreso de nuestro país.
Cuando la realidad que vivimos los jóvenes en México es la de la falta de empleos y oportunidades. ¿Cómo podemos pensar en el progreso, cuando ni siquiera se nos da la oportunidad de poder salir adelante?
Nadie se traga las mentiras que vino a decir Obama, aún y cuando los comprados medios nacionales nos pintan otra realidad.