Hasta hace pocos años, cuando se pensaba en fórmulas para impulsar el desarrollo tanto de los países como de las personas, inevitablemente se acudía a políticas económicas que permitieran superar la pobreza. Parece como si la economía fuera el centro o el motor que determinaba el desarrollo.
Actualmente en algunos organismos internacionales, como la UNESCO o el Banco Interamericano de Desarrollo, existe una fuerte tendencia a considerar otros elementos para impulsar el crecimiento, además de la economía; como son, entre otros, la historia y el medio ambiente, que permiten comprender las condiciones de pobreza en la que se encuentran muchos países.
A partir de diversos factores, se han diseñado políticas para impulsar el desarrollo, utilizando recursos como la cultura, la valoración del patrimonio y el fortalecimiento de la identidad, que le permiten al individuo reconocerse en el otro, valorar su entorno, descubrir y acrecentar sus capacidades.
Todo esto da como resultado individuos más libres y capaces de aprovechar sus talentos, creando lazos de solidaridad para impulsar el desarrollo social y económico de comunidades enteras.
Alberto Abello y Aarón Espinosa señalan en su artículo “Las relaciones entre desarrollo y cultura: renovación de votos para la prosperidad” que en el momento en que un individuo deja de sentirse excluido y asume que forma parte de una sociedad, tiene la posibilidad de trasformar su entono y mejorar sus condiciones de vida. Para eso es necesario, acrecentar su capital cultural que redundará en un mayor capital social y por ende en el detonante del desarrollo tanto individual como colectivo. Sin duda, el elemento clave para lograrlo es la cultura que se expande como información en los ámbitos de la educación, la tecnología, la ciencia a través de los cuales se fortalecen las identidades y el diálogo.
Para avanzar en la comprensión y aplicación de esta fórmula, Germán Rey señala que es necesario otorgar nuevos significados a dos conceptos fundamentales: el desarrollo y la cultura.
El concepto de desarrollo ya no sólo debe responde al ámbito de la economía, sino al humano, pensado más allá del acrecentar el capital económico de las personas o de las comunidades, se debe enfocar al individuo como ente que posee grandes capacidades producto de su cultura.
Por tanto que la cultura ya no es solo el folklor o las bellas artes sino las expresiones cotidianas que se manifiestan a través de las industrias creativas, los movimientos socioculturales y el uso de las nuevas tecnologías. Como consecuencia, el desarrollo ya no busca sólo mayores tasas de crecimiento económico, sino la ampliación de oportunidades y capacidades para que el individuo tenga una libertad efectiva.
Martha Nussbaum, profesora de la Universidad de Chicago ha elaborado una lista de las habilidades fundamentales que cada persona debe desarrollar para alcanzar la libertad y tener posibilidades reales para vivir plenamente, logrando con esto, comunidades capaces de impulsar su crecimiento. Aunque controvertida, muchos especialistas afirman que quizá, esta lista es la más completa, de todas las que hasta ahora se han elaborado sobre la materia.
1. Vida: estar capacitado para vivir hasta el final una vida humana de duración normal; no morir prematuramente.
2. Salud corporal: Estar capacitado para tener una buena salud; estar alimentado adecuadamente; contar con un resguardo adecuado.
3. Integridad corporal: Estar capacitado para moverse de lugar a lugar; estar seguro frente a agresiones violentas.
4. Sentidos, imaginación y pensamiento: Estar capacitado para usar los sentidos, imaginar, pensar y razonar de manera informada y cultivada por una educación adecuada.
5. Emociones: Estar capacitado para amar, sufrir, experimentar nostalgia, gratitud y rabia justificada. No ver obstaculizado el desarrollo emocional propio por el temor y la ansiedad.
6. Razón práctica: Estar capacitado para formarse una concepción de lo bueno, y para involucrarse en una reflexión crítica sobre la planeación de la propia vida.
7. Afiliación: Estar capacitado para vivir con y ante otros, para involucrase en formas de interacción social. Estar capacitado para ser tratado como un ser humano digno cuyo valor sea igual al de otros.
8. Otras especies: Estar capacitado para vivir teniendo consideración por los animales, las plantas y la naturaleza.
9. Recreación: Estar capacitado para reír, jugar.
10. Control sobre el entorno propio. Político: Estar capacitado para participar activamente en las decisiones políticas que gobiernan la propia vida; tener derecho a la participación política y salvaguardas para la libertad de expresión y asociación. Material: Estar capacitado para tener propiedad sobre bases de igualdad con los otros; tener derecho a buscar empleo sobre bases de igualdad con los otros; Estar capacitado para trabajar como ser humano.
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