En los últimos tiempos, Tamaulipas ha sido golpeado fuertemente en todos los ámbitos;  la inseguridad, persecuciones políticas por parte del sexenio pasado y recortes presupuestales que afectaron seriamente las finanzas en las arcas tamaulipecas.

Sin embargo, hoy existen  situaciones positivas que reflejan lo que verdaderamente somos los ciudadanos tamaulipecos, somos gente buena, alegre y trabajadora.

Lo anterior, en virtud del inicio de la fiesta del arte en el altiplano que se llevó a cabo el jueves anterior  en el municipio de Jaumave. Ahí, el Gobernador, Egidio Torre  y su esposa María del Pilar  atestiguaron con éxito el inicio de este festival.

Y aparte de presenciar los eventos culturales, llevaron ayuda a los ciudadanos jaumavenses. Repartieron sillas de ruedas, aparatos auditivos, zapatos ortopédicos e inauguraron  aulas didácticas en una escuela.

Los que tuvimos el privilegio de estar por aquellas tierras, pudimos  ver como  niños, jóvenes y adultos se dieron cita en la plaza principal de aquel municipio del altiplano donde darían inicio las actividades del festival del arte.

A la gente se le veía contenta, sus rostros eran alegres, no era de esas veces donde las personas son acarreadas y van casi a la fuerza a hacer presencia en los eventos.

Ese tipo de estampas, tenía mucho de no verlas, al menos aquí en Tamaulipas. Da gusto ver a las familias tamaulipecas convivir de manera tan armónica.

Ese es el Tamaulipas, que como dice el gobernador, todos queremos.

Otro punto a destacar es que el Gobernador Egidio Torre, siempre es puntual en los eventos con los ciudadanos, eso nos habla del compromiso que tiene con los tamaulipecos.

Sabemos que este es un triste rasgo de la cultura política  en México, que deberá  de desaparecer. Desde  los  gobernadores hasta el mismo Presidente de la República, dejan horas y horas esperando a la gente y se aparecen hasta que quieren, en actos de humillación y poco tacto ante la población.

Es válido reconocer  al gobernador y a sus secretarios el esfuerzo que están haciendo por cambiar al estado y por transformarlo en un verdadero estado fuerte.

Aunque, en éste 2013, habrá que cuidar mucho las formas, pues panistas  y perredistas, están viendo a Tamaulipas, con ojos de botín político. Olfatean el  poder en los municipios grandes y en el Congreso. Por primera vez, empiezan a pensar en ser los próximos amos de palacio. Del PRI  de Ramiro Ramos dependerá.