El Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE), aprobó multas que superan los 341 millones de pesos a los siete partidos políticos que participaron en el proceso electoral federal de 2012 por diversas irregularidades en sus gastos.
Esto, pues, en relación a que los candidatos y sus partidos, superaron los topes de gastos económicos en campañas y cometieron faltas administrativas en las elecciones del año pasado, tanto para presidente, como para diputados y senadores en los estados.
Las multas son las siguientes: Partido Acción Nacional (PAN): 5 millones 519 mil 943 pesos, Partido Revolucionario Institucional (PRI): 148 millones 137 mil 208 pesos, El Partido Verde 50 millones 216 mil 856 pesos. El PRD fue multado con 59 millones 630 mil 990 pesos. El PT con 38 millones 770 mil 547 pesos y Movimiento Ciudadano con 37 millones 32 mil 177 pesos.
Esto nos habla, de que el Instituto Federal Electoral, sí está para señalar a los partidos cuando se trata de un beneficio para ellos, en cuestión de multas.
El IFE, debiera ser más congruente en sus acciones, no solo para multar a los partidos y sus candidatos, sino para señalar también las irregularidades en los procesos electorales.
Por más que se diga que en las elecciones nadie hace trampa y no hay mano negra, todos sabemos de las cochinadas de los partidos y sus operadores para ganar elecciones.
Y en esos casos, el IFE, se hace de la vista gorda y no saca a la luz todas las trampas y mañanas que se utilizan para hacer ganador a determinados candidatos.
Por eso el IFE, es un instituto sin credibilidad, sin congruencia en su toma de decisiones, totalmente desprestigiado, pues en ocasiones es cómplice del mismo gobierno y de los políticos.
Recordemos cómo le arrebataron la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador en el año 2006. El mismo presidente del IFE en aquel tiempo, Luis Carlos Ugalde, reconoció en un libro escrito por el mismo, las irregularidades que se ocultaron en el proceso electoral para presidente en el que ganó Felipe Calderón, de manera tramposa, porque Fox no quería que ganara Obrador.
El día en que tengamos un Instituto Electoral confiable, realmente autónomo y que sea manejado por personas totalmente ajenas a los partidos políticos, podremos hablar de democracia y de una real congruencia en los actos y acciones que se llevan a cabo por las autoridades electorales.