Ambición al poder y al dinero parecen ser el motor de muchas personas que se dedican a eso que ellos llaman política y en realidad es otra cosa que todavía nadie ha definido.

Política es llegar a consensos, buscar el bien común, dar garantía de que las mayorías habrán de diseñar su futuro de acuerdo a la forma como vayan participando o proponiendo… y poco de eso ocurre en México.

Falta ideología, liderazgos, y sobre todo, partidos políticos que se preocupen por adoctrinar a sus miembros, a enseñarles que la lealtad a uno mismo, a lo que se cree, y a lo que se ama es mucho más importante que todo lo demás.

Hoy los partidos se desbaratan con facilidad, la ideología vale una candidatura a un puesto de elección popular y, en casos peores, los ideales se valúan en un montón de dinero o la garantía de que algunos excesos quedarán escondidos para siempre.

Eso hace daño a la sociedad, disminuye la esperanza de la gente, se cae la ilusión de un mejor futuro, y quiebra, desde luego, la sana intención de participar.

Se vale, desde luego que se vale, rectificar caminos, el refranero dice que es de sabios cambiar de opinión, y que bueno que algunos o algunas cambiaron de partido no para ser candidatos sino para apoyar a personas que valen la pena, lo que es increíble e inconcebible, es que los que cambian lo hagan por la pinchurrienta posibilidad de ser alcaldes, diputados, regidores, ó síndicos, es decir, cambian de camiseta por el puro interés personal y la gente les vale gorro.

¿Quién tiene la culpa?, desde luego que los partidos, estos organismos se han dedicado desde hace muchos años a imponer candidatos que les representen votos sin importar el origen de los mismos, la situación de inseguridad dice que tampoco repararon en el origen del dinero o el poder que les patrocinaba a los que a ellos llegaron, interesa e interesó solo el capital político y el recurso que representaran cada uno de ellos en prerrogativas por los sufragios recibidos.

Igual han tenido culpa los partidos por no crear sus escuelas de cuadros, institutos internos de capacitación que adoctrine a sus miembros de tal forma que los haga decentes y con visión, no individualistas que van por poder y dinero, y ya.

También la sociedad ha tenido culpa, una y otra vez respaldó a esa clase de mercenarios sin ideología, sin reparar en que para llegar a un lado se tiene que creer firmemente en algo y en alguien, respetar lo que se ama, y estos no respetaron ni a sus madres.

Hoy el PAN sufre más que ningún otro partido por ese tipo de fugas, muchos se han ido a Movimiento Ciudadano, a una organización que ha recogido todo lo que sobra de los azules sin pensar que en poco tiempo también les darán una patada en el trasero, otros más han dicho que apoyaran al PRI.

Hoy estamos hablando de partidos y traiciones porque eso sucede en Tamaulipas, y le repito, es de sabios cambiar de opinión, lo que no se vale es que en casi el 90 por ciento de esos casos se mude de ideologías en circunstancias muy extrañas y al parecer por dinero.

Desde luego, la ciudadanía calificará, el 7 de julio tomará las medidas al respecto, votará por quienes agarraron de lo mejor y mandará al cesto de la basura a todos aquellos que se movieron por el dinero, el pueblo es sabio y nunca se equivoca.

Por cierto, y hablando de traiciones… el viernes Arnulfo Rodríguez Treviño, ex dirigente del SNTE y del PANAL por supuesto, presentó un recurso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado, quiere ser, a la de a fuerza, incluido en la lista de candidatos a diputados por la vía plurinominal del Partido Nueva Alianza.

Quizá logre su objetivo, quizá no, lo que si deja claro es que a los políticos y a los hombres del PANAL los mueve el dinero y el poder, que son capaces de traicionar hasta a su propio padre, aunque sea putativo en este caso, con tal de seguir nadando en la riqueza y la impunidad.

Ojalá se aclaren pronto las cosas, le repito, este Tamaulipas merece partidos más fuertes, candidatos y políticos más sólidos, capaces de generar confianza, y sobre todo, capaces de provocar esperanza en la sociedad porque dicen que esta es la que muere al último y créalo, ya esta casi por desaparecer la ilusión en los políticos.

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