El Servicio de Administración Tributaria, es en el papel, un órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que tiene la responsabilidad y la obligación de facilitarnos y hacernos cumplir las contribuciones fiscales.
Pero todos sabemos que esa dependencia, de amable y servicial, no tiene nada. Por el contrario, los sujetos que atienden en las ventanillas y distintos departamentos, son tipos prepotentes y mal educados.
Muchas veces los ciudadanos que acuden a solicitar algún trámite o hacer una aclaración, son humillados y los hacen esperar horas y horas para ser atendidos.
Pero nadie les puede decir nada, porque se sienten intocables y respaldados por la poderosa SHCP, aun y cuando según son un organismo descentralizado de la Secretaría de Hacienda.
Otro punto importante, es que el SAT, solo audita y castiga a los contribuyentes de pequeñas y medianas empresas, porque a las empresas grandes, nacionales y trasnacionales, les perdonan muchas irregularidades e inclusive en ocasiones les regresa dinero. Eso es inadmisible.
Hablamos de que la política del SAT, esta sólo para expoliar a los ciudadanos que se esfuerzan por salir adelante con mucho esfuerzo. Mientras que a los ricos y potentados del país, les perdona el pago de impuestos. Y les facilita un régimen de privilegios.
Imagínese usted, si auditaran a los de TELEVISA, TV AZTECA, TELMEX, GRUPO BIMBO, a la CERVECERIA CORONA, cuánto dinero no recaudarían de muchas tranzas que hacen estas empresas y sus propietarios.
Pero nunca sucederá eso, menos en este sexenio, donde Peña Nieto tiene en los dueños de estos consorcios, aliados económicos y de fuerza política titánica.
Son las familias del México bonito. Las intocables, que se siguen enriqueciendo en un paraíso fiscal, creado por sus amigos de Hacienda.
Por algo en la revista Forbes, aparecen 35 mexicanos asquerosamente ricos. El más pobretón de ellos, tiene 500 millones de dólares. Y el más rico, es Carlos Slim, con 73 mil millones de billetes verdes.
Para los millonetas, Hacienda es Lolita; para los pequeños y medianos comerciantes, es Dolores.