Cuando todavía no desaparece un moretón de su rostro, ya le empieza a brotar otro producto de una nueva bofetada. Y es que el candidato se ha convertido en “el bufón” entre muchos habitantes de Ciudad Victoria, Tamaulipas, como consecuencia de sus travesuras, de sus excentricidades y de sus ocurrencias que ya brincaron nuestra frontera, donde también ya producen risa sus payasadas.
Y es que un grupo de texanos que estuvieron de visita en esta capital comentaron que el candidato está tan loco y es tan incoherente que se les antoja irreal que aun cuente con algunos seguidores, pero por si las moscas antes de partir le dieron la bendición a los victorenses por si él se llegara a sentar de nuevo en la primera silla de la alcaldía.
Como quiera, varios de ellos dicen que allá, en algunas ciudades texanas, leen por el Internet algunas notas del candidato que les son graciosas, que les ayudan a relajarse y que en verdad son toda “una botana”.
Entre ellas ubicaron la más reciente, la de Doña Juaquinita, esa bondadosa viejecita que lo cargo en sus brazos, que le cambió los pañales, que lo aseó y que le regalo todo su cariño y de quién ahora él se afrenta, reniega, desconoce y la condena a la miseria.
Si, ella, su nana por muchos años, quién lo demandó por socarrón, por mentiroso, por cruel y por patán.
Y a ello se suman una serie de hechos que han dado también de que hablar del candidato, como lo es el enfrentamiento directo con los reporteros que no son de su agrado, entre ellos los de su casa, una difusora propiedad de su parentela.
Y cómo no se va a sentir incómodo con tanta pregunta, si la inquieta raza de los medios no lo baja de viejo rabo verde, de falso, de cascarrabias y de perdedor.
Fue, de hecho, Doña Joaquinita quién le asestó la última cuchillada y cuando aun no se recupera de ese golpe, ya empieza a aparecer en las redes sociales algo que refuerza la tesis de que es un mentiroso cuando promete barrer con su escoba la corrupción, esa fea palabra con la que parece que va de la mano.
El asunto es que brota un nuevo caso en el que se ve involucrado Gustavo Cárdenas Gutiérrez, candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal, y que tiene relación con su paso por la Aserca donde fue Coordinador General de Apoyos.
Si se confía en lo que circula en las redes sociales Gustavo está sujeto a una sanción administrativa por negligencia impuesta por la Secretaría de la Función Pública bajo el expediente RII-2010 con fecha 24 de Febrero del 2012 y que tiene que ver con movimientos que se hicieron relacionados con apoyos, servicios y comercialización.
Y es que se debe recordar que Gustavo, a quién en ese oficio se le tacha de “negligente”, manejó un jugoso prepuesto superior a los 28 mil millones de pesos cuando fue funcionario federal y de lo cual hoy tendrá que dar cuenta.
Un moretón más que se le empieza a notar al candidato, quien es justo que ya recurra a una limpia, porque su pasado se le revela, lo condena y lo asfixia unos días antes de la fecha clave.
El, no cargó sobre su espalda como losa todo el lodazal en el que se sumergen sus ex venerados panistas por corruptos, como los senadores, y pervertidos y pederastas, como un diputado de Baja California que tiene un novio de 15 años, supuestamente, y que bueno que la libró a tiempo.
Pero no se puede sacudir aun en otro partido la mala fama que se ha ganado a pulso y que se multiplica ahora con este asunto de Aserca.
Por cierto que sus ocurrencias han dado lugar a todo tipo de comentarios, entre ellos que por debajo del agua es cómplice del candidato panista, Arturo Soto Alemán, a quien le va ha hacer el caldo gordo el día de la elección.
Y el otro, que establece que quién realmente está detrás de él es Andrés Manuel López Obrador, de quien Gustavo sueña que le levante la mano si llega a ganar.
Si con todo esto él no reúne las características de un bipolar.
Que un sicólogo, me condene.
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