Por desgracia, la muerte de Manuel Mota ha vuelto a poner en la palestra de los medios de comunicación una enfermedad muy dura: la depresión.
Esta enfermedad, que puede resultar muy seria, se menciona a veces de forma baladí, pero hay que tener en cuenta que quien la padece es un verdadero enfermo.
A la hora de definir una depresión debemos decir que la depresión es una enfermedad psiquiátrica que llega a interferir con la capacidad de una persona para trabajar, estudiar, comer, dormir y disfrutar de sus actividades preferidas.
La depresión incide mucho más en las mujeres que en los hombres, durante la edad adulta. Además, destaca que el 60% de las depresiones suelen presentar al menos una recaída en el futuro, especialmente en los dos primeros años.
Los síntomas de la depresión son emocionales (pérdida de interés, sentimientos de culpabilidad, ansiedad, disminución de la capacidad de concentración…), de ansiedad, y somáticos, como un exceso o falta de apetito.
Cuando se padece una depresión hay que evitar tomar decisiones importantes, y aislarse. Es una buena opción recurrir a la psicoterapia, y tomar los medicamentos antidepresivos que recete el médico, y que regulan la actividad cerebral permitiendo la transmisión de la información entre las células nerviosas. El 80% de los pacientes que reciben tratamiento afirman haber mejorado considerablemente su calidad de vida, por lo que hay que vigilar que los pacientes no lo abandonen en los primeros meses.