Una nueva llamarada de la inflación a raíz de la guerra arancelaria es otro de los riesgos que divisa la OCDE. Aunque los precios a nivel global muestran una tendencia descendente con respecto a los picos alcanzados hace dos años, siguen siendo superiores a lo esperado. En el conjunto del G-20, la inflación caerá del 3,8% en 2025 al 3,2% en 2026 —en ambos casos, un aumento de tres décimas con respecto a las previsiones anteriores—, un descenso insuficiente para aliviar la presión sobre los bancos centrales. Si se vieran obligados a endurecer sus políticas monetarias, el organismo teme que la desaceleración de la economía global sea más pronunciada.
En México, los precios crecerán un 4,4% este año, un punto más de lo estimado en noviembre, y no aflojarán tanto en 2026, pues seguirán avanzando un 3,5%. La inflación en Canadá también rondará el 3% en los dos años analizados, mientras que en EE UU estará algo por debajo de esta tasa. Argentina, pese a la mejora en el crecimiento, seguirá registrando incrementos disparados de los precios, cercanos al 30%; en Brasil los bienes y servicios se encarecerán algo más de un 5% tanto este ejercicio como el que viene.
La OCDE advierte de que si la guerra comercial se intensifica, el comercio global se contraerá en un 2% y la inflación podría aumentar en 0,4 puntos porcentuales anuales en los próximos tres años. En un escenario más benigno, donde los aranceles se moderen, el crecimiento mundial sería ligeramente superior y la inflación más contenida.