Los científicos han hallado pistas de que las principales vacunas del mundo contra el Covid-19 ofrecen protección duradera que podría disminuir la necesidad de administrar refuerzos de manera frecuente, pero advierten que se necesita más investigación y que las mutaciones del virus siguen siendo un factor impredecible.

Ya se están realizando estudios cruciales, y cada vez hay mayor evidencia de que la inmunidad que proporcionan las vacunas de Pfizer y Moderna basadas en el ARN mensajero no depende exclusivamente de anticuerpos que disminuyen con el tiempo. El cuerpo cuenta con capas superpuestas de protección que ofrecen respaldo.

Pfizer y Moderna han dado pie a las preguntas sobre la necesidad de un refuerzo al estimar que las personas podrían requerir de inyecciones anuales, de la misma forma en que ocurre con la influenza, y las compañías están trabajando para tener algunos candidatos listos para finales de este año. Sin embargo, las farmacéuticas no decidirán cuándo se utilizarán los refuerzos. Esa decisión le corresponderá a las autoridades sanitarias de cada país.

En fase de prueba

Otros expertos afirman que los refuerzos podrían ser necesarios sólo cada cierto número de años.

“Me sorprendería si realmente necesitáramos un refuerzo anual”, dijo el doctor Paul Offit, especialista en vacunas del Hospital Pediátrico de Filadelfia y asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus iniciales en inglés).