El gobierno del presidente Javier Milei desplegó una serie de medidas financieras con el propósito de atajar la inflación galopante y enderezar las distorsiones de la economía.

El plan del presidente de perfil ultraliberal contempla una reducción de los subsidios al transporte y energía que conllevará un incremento del precio de los boletos de autobuses, del metro y de los trenes, así como de los servicios de luz y gas. Y que también incluye el despido de empleados públicos, la devaluación del peso y la suspensión de la obra pública.

Pese a apoyar al nuevo mandatario, Julia González, de origen paraguayo, admitió que se siente muy preocupada porque utiliza varios medios de transporte todos los días para llegar a la casa donde trabaja como empleada doméstica y sus ingresos no le alcanzan.

Madre de una adolescente, dijo que ella y su marido hacen “malabares” para llegar a fin de mes con un ingreso total de 300.000 pesos (365 dólares) en un contexto de constante alza de precios de alimentos, vestimenta y educación.

SE DISPARA LA INFLACIÓN

La inflación en el país sudamericano hoy es de 160,9% anual y Milei ha advertido que la subida de los precios “viaja a un ritmo de entre 20% y 40% mensual para los meses entre diciembre y febrero”.

Pero González se mostró esperanzada en que la situación se revierta. “Son dos o tres días que está Milei. Confío en él, para que Argentina salga adelante”, señaló la mujer, de 35 años.

El líder de La Libertad Avanza ha advertido que el ajuste fiscal será duro aunque inevitable para evitar la caída del país por el precipicio. Cuenta con el amplio crédito político que le dio su llegada al poder con 56% de los votos, pero que se puede licuar en poco tiempo ante una sociedad exhausta de lidiar con un escenario sombrío desde hace años.