Israel, afirmó, capturará el territorio y lo mantendrá: «Ellos no van a poder entrar ni salir».

La nueva ofensiva está calculada, según el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el general de brigada Effie Defrin, para recuperar a los rehenes restantes. Después de eso, según dijo el vocero a la radio israelí, «llegará el colapso del régimen de Hamás, su derrota, su sumisión».

La ofensiva no comenzará hasta después del viaje de Donald Trump a Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Catar la próxima semana. Suponiendo que Trump no disuada a Israel de seguir adelante, el país necesitará un milagro militar y político para lograr los resultados descritos por Defrin.

Es más probable que la ofensiva agudice todo lo que hace que la guerra en Gaza sea tan controvertida. La guerra, que comenzó con los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023, ha llevado el conflicto entre palestinos e israelíes a un punto peligroso en su larga historia.

Prolongar la guerra divide a los israelíes, matará a aún más civiles palestinos y horroriza a millones de personas en todo el mundo, incluyendo a muchos que se consideran amigos de Israel.

Mientras las Fuerzas de Defensa de Israel atacan a Hamás en Gaza, el plan del gobierno israelí es que sus soldados obliguen a algunos o a todos los más de dos millones de civiles palestinos de Gaza a refugiarse en una pequeña zona en las ruinas del sur.

La ayuda humanitaria se distribuiría a través de contratistas, incluyendo empresas de seguridad privadas de Estados Unidos.

Las agencias humanitarias de Naciones Unidas se niegan a cooperar, y han catalogado el plan como una violación de los principios de la ayuda humanitaria.

También advirtieron sobre la hambruna en Gaza causada por la decisión de Israel, hace más de dos meses, de bloquear todos los envíos humanitarios. El asedio israelí, que continúa, ha sido ampliamente condenado, no solo por la ONU y los países árabes.