El vitiligo es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por la aparición de manchas blancas debido a la pérdida de pigmento. Suele aparecer por varias causas que van desde lo emocional a lo genético.
La condición en la piel llega a afectar a entre el 2% y el 6% de los mexicanos, según estimaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es importante entender que el vitiligo no es contagioso, y el miedo o rechazo infundado que enfrentan quienes lo padecen puede impactar seriamente su calidad de vida.
Esta condición no solo afecta el aspecto físico, sino que también toca fibras emocionales profundas. De hecho, el vitiligo es catalogado como una psicodermatosis, donde la predisposición genética se activa o empeora con el estrés.
¿Por qué da el vitiligo?
Aunque la causa exacta del vitiligo sigue siendo un misterio, se sabe que se trata de un trastorno adquirido de la piel donde el sistema de defensa del cuerpo (el sistema inmunitario) se confunde y ataca a sus propias células de pigmento.
Estas son algunas de las causas del vitiligo, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Manual MSD:
- Genética: Tener padres o hermanos con vitiligo aumenta el riesgo de padecerlo.
- Estrés y emociones: El estrés físico o emocional puede ser un detonante o empeorar la condición.
- Químicos: El contacto con ciertos productos como hidrocarburos y ciertos tintes de cabello puede influir.
- Asociación con otras enfermedades: A menudo se presenta junto con otros problemas autoinmunes como trastornos tiroideos o diabetes tipo 1.
¿Cuáles son los signos de alerta del vitiligo?
El signo más evidente son las manchas blancas, pero es importante estar atento a cualquier cambio cutáneo que persista por más de dos semanas para buscar ayuda profesional rápidamente. Cuanto antes se reciba atención, mayores son las posibilidades de repigmentar la piel.
Te dejamos algunos signos que delatan a la enfermedad, según MedlinePlus y el IMSS:
- Manchas blancas: Aparecen zonas planas y despigmentadas en la piel de forma gradual o repentina.
- Bordes definidos: Las manchas suelen tener límites claros, pero con un contorno irregular.
- Localización común: Se encuentran frecuentemente en cara, codos, rodillas, manos, pies, y alrededor de orificios como la boca o los genitales.
- Pérdida de color en el pelo: El cabello en las zonas afectadas también puede volverse blanco.
- Piel normal al tacto: Las áreas despigmentadas se sienten igual que el resto de la piel.
- Súper sensibilidad al sol: La piel sin pigmento es extremadamente vulnerable a las quemaduras solares.
¿Cuáles son los tratamientos del vitiligo?
El vitiligo puede ser complicado de manejar, y algunas zonas, como las puntas de los dedos o alrededor de la boca, son difíciles de repigmentar. Sin embargo, existen múltiples terapias que buscan devolver el color a la piel y controlar la propagación, según el IMSS.
Cremas con corticosteroides: Medicamentos aplicados sobre la piel, generalmente de alta potencia, que buscan repigmentar las manchas pequeñas.
- Inmunodepresores tópicos: Ungüentos como pimecrolimus o tacrolimus, muy útiles para zonas sensibles como la cara o cuello.
- Fototerapia: Un procedimiento donde la piel se expone controladamente a luz ultravioleta (UV), a veces combinada con medicamentos orales (psoralenos).
- Terapia psicológica: Intervenciones de apoyo emocional son fundamentales para el éxito del tratamiento, ya que el estrés es un factor que puede empeorar el vitiligo.
- Cirugía: Injertos de piel o trasplantes de melanocitos, considerados cuando la enfermedad está estable.
- Despigmentación: En casos muy extensos (más del 90% del cuerpo), se puede optar por blanquear la piel que queda con pigmento para unificar el color.
- Protección solar obligatoria: El uso de protector solar de amplio espectro es necesario para prevenir daños solares y un mayor riesgo de cáncer de piel.
Tanto si las manchas son apenas perceptibles como si cubren gran parte del cuerpo, es fundamental el acompañamiento médico y emocional.
Recuerda que la piel que presenta vitiligo tiene un mayor riesgo de desarrollar cáncer, por lo que usar protector solar tres veces al día es una medida de autocuidado indispensable para toda la vida. La atención temprana y el apoyo emocional son las claves para convivir con esta condición.