El conflicto entre la periodista Carmen Aristegui y la conductora Laura Bozzo fue motivo de noticia y controversia en las redes sociales de internet durante las últimas semanas. La historia de lo ocurrido ya la sabemos, todo comenzó cuando Aristegui dio a conocer el montaje y el uso de recursos públicos para la realización del programa de televisión de Laura Bozzo en el cual la conductora de origen peruano se mostraba ayudando a personas damnificadas por las fuertes lluvias en una comunidad de Guerrero. Con información y fotografías de la revista Proceso, Aristegui hizo público lo grave del asunto ya que para llegar a la comunidad donde aparentemente Bozzo ayudó hizo uso de helicópteros y facilidades prestadas por el gobierno del Estado de México. (Como pasó aquí mismo en Tamaulipas, que con recursos del Estado, o sea del pueblo, se facilitó la producción de conocida telenovela de la cadena privada Televisa.) La respuesta de la polémica conductora Laura Bozzo no se hizo esperar y en un principio retó a la periodista Aristegui a participar en su programa llamándola mentirosa y demás adjetivos propios del tipo de programas televisivos que conduce.

En redes sociales no se hizo esperar la respuesta de los usuarios en los que las manifestaciones de apoyo a Aristegui y el repudio a Laura Bozzo fueron motivo de un gran número de ‘memes’ (imágenes populares en internet donde se satiriza a personajes o situaciones) y hashtags de twitter en los que se pedía la salida de la conductora peruana no solo de la televisión sino del país.

El programa de Laura Bozzo es un ejemplo de la decadencia de la televisión abierta mexicana en el que se exhiben problemas sociales y la miseria de la vida privada de los otros como un espectáculo que busca entretener mediante el morbo promoviendo una falsa redención con una “terapia psicológica” de menos de cinco minutos. Desde los conflictos familiares hasta problemáticas sociales que deberían tomarse con seriedad y no como argüende que se transmite en vivo en un talk show, la señorita Laura, como se le ha llamado, ha hecho su carrera desde sus tiempos en Perú donde por cierto también se vio envuelta en un escándalo político y mediático.

La fórmula de los talk shows como el que conduce Laura Bozzo no comenzó con ella, durante los años noventa este tipo de programas ganaron popularidad en cadenas de habla hispana estadounidenses con el conocido show de Cristina y en México donde se repitió el patrón pero con elementos kitsch en el programa Hasta en las mejores familias, incluso la televisión estadounidense también tiene su nutrido catálogo de talk shows como el de Dr. Phil o el mismo show de Oprah Winfrey con suficiente éxito para mantenerse al aire por años.

El día jueves 10 de octubre en internet circuló la noticia que hicieron llegar a las puertas de Televisa aproximadamente 150,000 firmas recolectadas en internet para pedir la salida del programa de Laura Bozzo. La campaña de recolección lo dice todo: “Televisa: corran a Bozzo. Necesitamos más y mejores espacios para educarnos y no para embrutecernos más.” Y así fue como en redes sociales se ha encontrado en ‘la señorita Laura’ un buen lugar para ejercer la superioridad intelectual porque se le muestra como la causante de la barbarie en la televisión mexicana que hace que todos sus seguidores, que a decir de algunos son pobres ignorantes sin capacidad de pensamiento propio, sean embrutecidos día a día.

Definitivamente no me gusta el programa de Bozzo y estoy en contra de la manera en que ha hecho su fama gracias a la fórmula antes mencionada pero también considero que nos guste o no debemos respetar la decisión del televidente. El buscar la salida de Bozzo del aire o del país mismo no impedirá que el mexicano cambie de canal y vea otro talk show con otra conductora o de otra cadena televisiva. A mi parecer esta postura de superioridad intelectual resulta igual de intolerante que la que tanto se le ha criticado a la conductora peruana ¿por qué? porque demuestra que pese a la opinión o gusto de los televidentes hay quienes por encima de ellos deciden qué es bueno y qué no es bueno para la televisión.

No me gusta el programa de Laura Bozzo, por eso no lo veo y considero que el verdadero logro no será que lo saquen del aire, el verdadero logro será cuando el mexicano decida por sí mismo entre ver la televisión, leer un libro, hacer ejercicio o convivir con su familia. Porque si esas 150,000 personas y las más que no firmamos tal petición pero que estamos en contra de ese tipo de programas mostramos las bondades que tienen otras actividades recreativas, quizá podamos influir para que el mexicano en lugar de tomar cada tarde el control remoto de la tv decida tomar un libro y leer.