Ciudad de México.- Durante la conferencia de prensa matutina donde abordó el operativo relacionado con el robo de combustible y las consecuencias legales que ha traído, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado sobre si pretende reforzar su seguridad y si temía por su vida por ello: “El que lucha por la justicia no tiene nada que temer. Eso es lo que puedo contestar. Y soy un ser humano, tengo miedo, como todos los seres humanos, pero no soy cobarde». No abundó más sobre el tema.
Como parte de las preguntas que se le hicieron en la rueda de prensa que se extendió por casi una hora y media, López Obrador se refirió también al tema de los programas sociales sobre los cuales dijo que se pretende terminar el censo de los beneficiarios en febrero próximo. Precisó que en el caso de los adultos mayores, en un primer momento son los que ya tenían la tarjeta que suman 2.5 millones, a los cuales se sumarán 1.5 millones de quienes se les alcanzó a entregar nuevas tarjetas, pero el programa pretende abarcar hasta 8.5 millones.
-¿Va a ser retroactivo?
– Sí, y va a ser retroactivo, eso es también importante. No le hace que la tarjeta le llegue a finales de febrero al adulto mayor, pero incluye enero y febrero.
En cuanto a la forma como habrán de distribuirlo dijo que se está hablando con varias instituciones bancarias que van a ayudar cobrando poco de comisión “hay ese compromiso, y en otros casos, que estamos por definir, es que no cobren nada, que sea una contribución de los bancos a estos programas sociales.
Sin embargo, destacó que otra alternativa es fortalecer el que hasta ahora es Bansefi “que ahora va a ser el Banco del Bienestar porque un problema que tenemos, otro más, es el atraso en lo que se llama inclusión financiera, no hay sucursales ni siquiera en todas las cabeceras municipales y la gente más pobre vive en comunidades muy apartadas”.
López Obrador aseveró que existe otro problema asociado a la operación de sucursales que es la cobertura de Internet porque –criticó- la reforma de telecomunicaciones estaba dirigida a atender los grandes mercados. Por eso es que la cobertura de Internet abarca solamente al 25 por ciento del país y el 75 por ciento restante no tiene conectividad.
“Si no tenemos la red de comunicación de Internet es muy difícil que podamos llevar a cabo operaciones para que con tarjetas la gente pueda recibir su apoyo y que no se requiera de intermediarios, que no se reparta el dinero en efectivo, porque hemos probado que no llegaba el dinero de los programas sociales o no llegaba completo, había moche, piquete de ojo”.