La economía de México tiene todas las papeletas para convertirse en la principal víctima de la guerra arancelaria desatada por Donald Trump. El Organismo para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) así lo dibuja en su último informe, publicado este lunes, en el que da un tijeretazo a sus previsiones de crecimiento para el país azteca. Estima que el PIB caiga un 1,3% este año y que en 2026 siga en terreno negativo, con una contracción de la actividad del 0,6%. Estas tasas suponen un recorte con respecto a los anteriores pronósticos de más de dos puntos en ambos casos. Canadá, otros de los blancos de las amenazas comerciales lanzadas por el republicano, también se verá duramente golpeado: la OCDE ha rebajado sus estimaciones de crecimiento en más de un punto, dejándolas en el 0,7% para este año y el que viene.
Las previsiones de la organización multilateral están contenidas en su último informe de perspectivas globales y presuponen que las barreras comerciales anunciadas por el magnate estadounidense vayan adelante y reciban respuesta por parte de los países afectados. —de momento, México no ha contestado a las tarifas sobre el acero y aluminio, a diferencia de Canadá—. EE UU tampoco saldría indemne de la contienda: la OCDE reduce al 2,2% su crecimiento para este ejercicio y al 1,6% para el próximo.
“En Estados Unidos, Canadá y México, se proyecta una desaceleración del crecimiento a medida que entren en vigor los aumentos arancelarios. Se prevé que los impactos negativos sean particularmente graves en Canadá y México, dada la mayor apertura comercial, la importancia de la relación bilateral con Estados Unidos y la suposición de que responderán plenamente a los aumentos arancelarios bilaterales estadounidenses”, aclara el informe.
Las estimaciones tampoco son halagüeñas para el resto del mundo. El PIB global crecerá este año menos de lo previsto, un 3,1%, y caerá al 3% en 2026 en un contexto marcado por las mayores tensiones comerciales y el riesgo de que la inflación vuelva a encenderse. No es casualidad que el informe de la OCDE se titule Cómo navegar a través de la incertidumbre, una frase que pretende reflejar cómo las actuales ansias proteccionistas y las tensiones geopolíticas tienen el potencial para empujar nuevamente la economía hacia terreno desconocido.
Del otro lado del Atlántico las cosas no marcharán mucho mejor. La zona euro seguirá arrastrando los pies, con un crecimiento de tan solo el 1% este año, tres décimas menos de lo previsto anteriormente. Alemania será el farolillo rojo. En 2025 se apuntará un anémico 0,4% y el año que viene se expandirá un 1,1%. España es la única gran economía europea que ve mejorar sus previsiones, en tres décimas para 2025, hasta el 2,6%, y en una para 2026 (el 2,1%), gracias la menor exposición a la guerra arancelaria, la resiliencia del mercado laboral y el consumo.
Entre los grandes países latinoamericanos, Argentina destaca por su desempeño favorable. Este año saldrá de la recesión y crecerá un 5,7%; la economía de Brasil, en cambio, avanzará algo menos de lo esperado, un 2,1% en 2025 y un 1,4% en 2026.