Desahuciados los periódicos, tachados de “entregados” los noticiarios de radio y televisión, y los periodistas señalados como vendidos, en ocasiones de mediocres y timoratos, llegó el 7 de junio, Día de la Libertad de Prensa, a recordarnos las fallas y obligarnos a reflexionar en nuestras condiciones, pero sobre todo, a sentir orgullo del trabajo que desarrollamos y que poco a poco se hace más digno.
Sigue, por supuesto, el debate sobre si existe o no la libertad de prensa, si se pueden publicar todas las fallas de los gobiernos, los excesos de los poderosos, y hoy, la pregunta es si se pueda transparentar el problema en materia de seguridad pública, la respuesta es simple, se puede y si existe, aunque es obvio que se hace en la medida de lo posible… recuerde, un periodista muerto no podría publicar más nada.
Por supuesto, la prensa esta en las mismas condiciones que la sociedad y en ocasiones que los gobiernos, casi siempre se parece a los políticos, quizá porque debemos cumplir la misma función, somos servidores públicos, debemos ser los que fomentemos la democracia, y nuestra obligación es informar para que la sociedad tenga mejores criterios para desarrollar su vida diaria.
Me gusta ser periodista, orgulloso de lo que soy y de lo que he sido, con muchas filias y algunas fobias pero siempre con la esperanza de que las cosas van mejorando, aún cuando vivamos tiempos tan oscuros.
Qué sigue, muchos presienten la muerte de los medios de comunicación, los hacen sustituidos por las redes sociales, el internet, y por formas de distribuir información que tienen menos controles, son más clandestinas y por lo tanto más libres.
Y sin embargo nada de eso pasará, no en corto tiempo, hoy las redes sociales no tienen más interés que el destruir, el fomentar los vicios, a veces crear ídolos de barro o de pacotilla, de esos que no aguantan el mínimo escrutinio intelectual, por eso no pueden acabar con la prensa y no lo harán mientras los profesionales en la materia cumplan su labora de informar, con sus defectos y virtudes.
Hay crisis, sí, hay una crisis terrible en los medios de comunicación, tan mal se esta que mucha gente anda confundiendo con reporteros a cualquiera que usa las redes sociales con intención de beneficiar personajes, según ellos, porque dicen “la verdad”.
Sin duda alguna, tampoco es gratis la poca credibilidad que tenemos los periodistas, e incluso hay consciencia de que nos hemos ganado a pulso los calificativos.
Claro es, hay periodistas que lo sacrifican todo por cumplir con su labor, que hacen lo posible por escribir de forma decente y sin una doble intención, son muchos, la gran mayoría, aunque estamos inmersos en un gremio, y no olvide lo que dicta el refranero, por unos la llevan todos.
Hoy más que nunca hay que decir que existe la libertad de prensa, qué, con todo y que no hay qué presumir, estamos más vivos que nunca, tenemos la posibilidad de seguir sirviendo, de seguir pregonando las verdades de cada uno de los interesados en difundirla o de lo que la gente quiera escuchar, ver, o leer.
Usted, desde luego, tiene la sartén por el mando, la capacidad de elegir a quien lee, por qué, cuándo, mismamente puede sintonizar los noticieros de radio o televisión que le plazcan, ir a las páginas de internet que más le llenen su ojo, la certeza que le damos es que siempre va a encontrar lo que busca, más en estos tiempos.
En otras cosas… hay que resaltar lo que ocurrió ayer en el Congreso de Tamaulipas que tiene bajo su mando Carlos Solís Gómez, aprobaron reformas al Código de Procedimientos Penales del Estado de Tamaulipas para hacer posible la modernización en la aplicación de la ley.
Los juicios orales, el sistema acusatorio, son una realidad legalmente, lo que sigue le toca al poder judicial y al Ministerio Público, por supuesto, a los abogados y la sociedad en general.
A lo que vamos es a que entre todos los problemas que vivimos hay buenas noticias, cosas que se hacen para corregir nuestro desastre, y lo mejor, no se para este Tamaulipas, avanza contra viento y marea, sigue de pie y así estará aunque algunos lo quieran ver de rodillas, aunque le pese a muchos…
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