El grupo de manifestantes de la CNTE, está desquiciando nada más y nada menos que a la mismísima capital del país, el Distrito Federal, pues ha bloqueado importantes arterias y avenidas principales, esto sin dejar de mencionar los destrozos y actos de vandalismo que han dejado sus integrantes a su paso.
Como todos sabemos, la CNTE rechaza la reforma a los artículos tercero y 63 de la Constitución y las leyes secundarias de la reforma educativa porque según ellos “atenta contra la gratuidad de la educación y contra la estabilidad laboral de los trabajadores de la educación”.
Por ello están ocasionando tantos desmanes y exigen al presidente Enrique Peña Nieto instale una mesa de negociación con el magisterio disidente y conflictivo.
No se vale que este tipo de pseudomaestros, atenten contra una ciudad y toda la población civil del Distrito Federal, al paralizar comercios y la vida diaria de los llamados “chilangos”.
Esto nos habla, del poco control que tienen tanto el Gobierno del Distrito Federal, como el Federal, o podría ser el miedo que tienen para acabar con este tipo de manifestaciones ridículas y sin sentido. Pues en realidad las protestas no tienen un fin alguno, lo que quieren los de la CNTE es desestabilizar y no una solución pacífica.
Como lo dice una frase del filósofo Jacques Rousseau, “La libertad de uno, acaba cuando empieza la del otro”. Pero eso en realidad nunca se respeta.
Pues la mayoría de las manifestaciones y bloqueos en México, las hacen personas que solo quieren confrontar y crear un ambiente de violencia, sin que quepa la cordura, la razón y el dialogo.
El Gobierno Federal, no puede permitir todos los desmanes y la desestabilización que provocan las marchas, mítines, platones, etc., pues para eso existen instancias conciliadoras que resuelvan los problemas sin necesidad de afectar a los demás.
Tampoco se trata de reprimir a los manifestantes o de generar más violencia, pues suficiente tenemos con la inseguridad que abunda en las calles.
De no ponerles un alto a este tipo de manifestaciones masivas, que solo pretenden desestabilizar y entorpecer la vida pública de nuestro país, en el futuro pueden lamentar las consecuencias.
Creo que hasta que no corra sangre y haya unos cuantos muertitos, es decir, cuando al Gobierno se le salga de control la situación y los manifestantes tomen la Presidencia o la Residencia oficial de los Pinos, reaccionarán.
Hay que prevenir, para no lamentar después. Las leyes deben respetarse, el mismo Peña Nieto ha dicho que en su gobierno prevalecerá un estado de derecho. Veremos qué pasa en los próximos días. Mientras tanto la CNTE seguirá perturbando a la Capital del País.