Puedes comenzar a ser el aire, ya quiero respirarte. La casa se llueve por un agujero de la memoria y estoy aquí con todos los sueños en la puerta, espiando el paraíso de lo que más quiero. Por los dorsales del cuerpo se va el día. A un lado del cuerpo el viento es tibio y moja el ambiente de la existencia que es más rápida.

La contemplación simple nos involucra. Adentro el elixir de la vida se respira, entonces se vive con holgura de manera voluntaria. Son nuestros el largo de la mano y el pequeño salto. Tenemos determinada distancia para ver, otra para escuchar, una melena para conectarse.

Hablé con la luna en su lenguaje, desde un lugar hablé con el sol al otro lado del mundo. Hablé con el mundo que miraba, tomé en cuenta la voz, el instante en mi vida para decir algo, cualquier cosa que sirva.

Sí te amo es porque el mar me lo dijo, me lo dijo el pez más grande, la razón más fuerte, me lo dijeron tus manos como aves, los rincones silenciosos de tu cuerpo me lo dijeron, y yo lo repetí en el atrio de lo inevitable. Mientras andaba por la calle.

Además he dicho y no lo borra nadie, que si nací en este tiempo no es casualidad, es la voluntad del cielo, somos nosotros, los aquí reunidos los elegidos.

Cuando escuché por primera vez, también supe que la existencia era posible, que no era un sueño y que ahora desbordada y plena movía las persianas y hacia tensa la calma de los pensamientos.

He repetido tus veces, tus risas hechas como una película. Estoy viendo la luna y tus ojos, el resplandor de tus cabellos como olanes. Estoy en la casa de tu casa, en los milagros de una esquina. Estoy en tu cuarto y este es mi amor interminable.

Te quiero y es un pájaro en la cima de un árbol, es un viento que mueve al árbol y atrapa al pájaro, en un rico manantial, es un amor exacto, perfecto, una flecha que dio en el blanco. La tarde se cuela entre las ramas y en un par de aves, quizás las últimas, se escucha el motor de la calle. Antes de nacer, tu y yo ya éramos los dueños de este árbol.

Te quiero todos los meses del año, los días y los minutos. Te quiero conmigo como que hoy es jueves y puedo decirlo. Ocupas mi espacio, a un lado de ti converso contigo. Las palabras me elevan como un pájaro, te hablo al oído y me recibes herido.

Contigo he soñado. Tuvo la vida este sueño. Es un sueño de niño, un amor ingenuo y mágico. Puedo ir a donde quieras o levantar un peso específico, puedo llegar al instante o a la hora que digas de día o de noche. No tengo límite.

Soy el amor que te encuentra en la niebla. En las estaciones adivino la lluvia, conozco tu día a día y he bebido sin agua tu voz de verano. Soy tu yo , estoy en todas tus respuestas. Vives en mis palabras donde he hecho la cena y he preparado la noche llena de estrellas.

Huele la lluvia con su montón de hojas cristalinas. Llueven estrellas cuando llegas. Pegada a mi, la lluvia es como tú, puedo beberla, hacer una fuente, saltar a un lago jugando.

He hecho un camino hacia esta hora de mi casa. Estás en el plano de mis brazos donde puedo apretarte. Cada instante tendrá el aroma que dejas en las palabras. Le hablo al aire que te alcanza. Al cabello que se mueve como a una cortina pequeña. Le hablo a tu alma, como una ola, desde una gran sonrisa.

La ciudad es un pretexto perfecto, todas las calles nos esperan, las casas, los árboles, los edificios. De aquí eres, bebes café negro de mis labios y tienes una ventana para mirarme cuando te pienso.

Para que me llames, que el aire permita tus palabras. Toda la tierra, con mucho viento por la noche, te manda mi teléfono. Hago cambios ligeros de mi fotografía, trato de gustarte en una vorágine, de llamar tu atención en una textura, no sé, algo que provoque en ti, que se mueva en tu cuerpo como una célula .

TENGO OTROS DATOS

Es oficial: Armando Zertuche sustituye a Makito

HASTA LUEGO