Por Andrés Ramírez Acosta

Cd. Victoria, Tamaulipas.– “Soy ‘Flecha’. Y corro para ganar por Tamaulipas”, se presenta Gabriel Alejandro ‘Flecha’ Avilés González, con su sonrisa particular, su carisma y una velocidad que lo distingue en las pistas del mundo.
Con apenas 21 años, este 2025 se convirtió en el velocista más rápido de su categoría a nivel mundial, con un registro de 13.11 segundos en los 100 metros planos.
Hijo del matrimonio formado por Silvia González y Carlos Avilés, Alex proviene de una familia deportiva. Su padre es descendiente del cronista Carlos Adrián Avilés Bortolussi, y su madre, del campeón de atletismo y voleibol Óscar González. El talento, se puede decir, lo lleva en las venas.
UN COMIENZO CUESTA ARRIBA
Desde sus primeros días de vida, Alex tuvo que enfrentar una carrera especial: a los 15 días de nacido fue diagnosticado con Síndrome de Down. Ese diagnóstico, lejos de limitarlo, lo convirtió en un competidor nato.
“El doctor (neurólogo) nos sugirió escogerle un nombre corto, por su situación con el lenguaje, pero nosotros no quisimos ponerle barreras. Decidimos llamarlo Gabriel Alejandro”, recuerda su padre.
Hoy ese nombre está escrito en los libros de récords mundiales, con letras de oro.
“He corrido en Argentina, Portugal, Praga, República Checa…”, dice Alex, con la sonrisa de quien disfruta cada meta alcanzada.
EL 2025 DE SUS SUEÑOS
Este año, Avilés González conquistó cuatro medallas de oro para México en el Abierto Europeo de Atletismo para Deportistas con Síndrome de Down, realizado en Praga. Además, estableció tres nuevos récords mundiales.
En pruebas individuales brilló en los 100 y 200 metros planos, con tiempos de 13.11 y 28 segundos. En relevos se colgó el oro en los 4×200 mixtos, también con récord incluido.
La hazaña más significativa fue en los 100 metros, donde destronó al costarricense Héctor Alonso Arce, quien mantenía la marca mundial (13.44) desde hacía más de 10 años.
“La medalla de oro puede cambiar en cada competencia, pero el récord mundial… ese dura mucho tiempo”, reflexiona Carlos Avilés, su padre.
“ÉL ES UN SER HUMANO CONVENCIONAL”
Alex estudió desde preescolar hasta secundaria en escuelas regulares. Aprendió a leer, escribir, sumar y restar, sin pedir nunca un trato especial.
“Nunca hemos buscado privilegios. Él lo sabe, y por eso en la pista siempre intenta romper sus propios récords”, señala su padre.
“Correr me divierte”, resume Alex, quien entrena mañana y tarde. Su rutina incluye gimnasio, pista y recorridos de montaña los fines de semana.
“A Alex no le importa si es día festivo, si hace frío o calor, o si llueve: él viene a entrenar. Hemos estado aquí en la pista del Polideportivo incluso el 24 y el 31 de diciembre”, comenta orgulloso su padre.
EL ORIGEN DE LA ‘FLECHA’
“Cuando era niño, no entendía por qué debía llegar primero a la meta. Corría, pasaba frente a nosotros, nos decía adiós y lo rebasaban. Entonces le dijimos: ‘Al que llegue primero le vamos a dar un pastel de chocolate’. Después entendió, y esa fue su motivación”.
El atletismo no estaba en el plan inicial: la idea era que Alex socializara. Pero pronto descubrieron que tenía cualidades únicas como velocista. Su forma de correr —de puntas, con elegancia y potencia— lo hacía diferente.
“Habla y se expresa en la pista. Hoy me gustaría toparme con aquel doctor y decirle lo grande que se ha vuelto Alex”, dice su padre.
Hoy, el joven victorense suma cerca de 80 preseas obtenidas en competencias estatales, nacionales e internacionales. Un camino lleno de esfuerzo, disciplina y pasión que lo ha convertido en un ejemplo para Tamaulipas y para el mundo.