Sylvester Stallone no tiene intención de retirarse a sus 77 años, incluso no cree que los días de Rocky Balboa, su icónico personaje que pasó de campeón del boxeo a entrenador, hayan terminado, de quien ya se despidió fue de Rambo porque dice, su lucha sería contra la artristis; sin embargo, hay rumores de una precuela que llevaría al personaje de regreso a Vietnam.

En su última aparición pública, el astro de Hollywood se ha sincerado y dice que seguirá explotando la “relevancia” que aún conserva en la cultura popular, un interés que sabe no dudará eternamente.

En tono jocoso, el actor italoamericano se ha definido a sí mismo como “el último de los dinosaurios”, describiéndose como el único espécimen de una generación de actores que, pese a pertenecer a otra época y estilo, se niegan a desaparecer de la escena televisiva o cinematográfica. Pero Stallone lo dice con orgullo, reivindicando su perfil profesional y, al mismo tiempo, ignorando a otras estrellas coetáneas como su antaño rival Arnold Schwarzenegger, con quien supuestamente ahora mantiene una estrecha amistad.

“Es que no me lo acabo de creer. Nunca sabes lo que vas a durar en una profesión así”, ha señalado sobre su impredecible longevidad artística. “La sociedad cambia, los cánones comerciales del cine cambian… Todo cambia muy rápido. Me considero el último de los dinosaurios. Y estoy muy orgulloso de ello. Es increíble, lo es, y nunca lo he dado por supuesto”, ha expresado en conversación con Entertainment Tonight.

QUIERE PASAR TIEMPO CON SU FAMILIA

De cara a las próximas décadas de su vida, Stallone quiere pasar todo el tiempo posible con sus seres más queridos, pero sin perder por ello la perspectiva comercial. De hecho, el intérprete estadounidense grabó este año un programa de telerrealidad llamado La familia Stallone, en el que comparte su día a día con sus tres hijas y su esposa Jennifer Flavin, de la que se separó brevemente el año pasado para reconciliarse solo unas semanas después de iniciar el proceso de divorcio.