Mirando el patio trasero de la existencia

Hay páginas no leídas, mucho menos estudiadas por la humanidad. El hombre, ingenuo aun sale pretencioso a buscar la vida en la ruta acostumbrada de ida y vuelta y siempre encuentra otra. A eso llama vida y el prodigio es encontrar a Esteban, saludar de mano a Josefina, mostrar determinada posición ante el inclemente sol que amenaza con quemar la ropa. Y sin embargo canto una cancioncilla como la siguiente.

Hoy no tengo ganas de salir de casa. Hay días en que están dormidos mis sentidos y los ruidos se acuestan con ellos. No me da la gana cambiar el mundo, el rumbo de los acontecimientos. Además, siendo sinceros, a quién le importaría un día más un día menos sin verme cruzar la plaza, arrastrando los descaminados zapatos, atisbando la oscura realidad envolvente.

Me quedaré tras las sábanas y no sabré nada de repente. Algunos agradecerán mi ausencia, si es que la sienten. No veo la peregrinación de fieles religiosos que vengan a verme.

Hace rato fui por unas galletas para untarles mermelada, y no aspiro al almuerzo, fue un show salir por unas galletas de animalitos.

Me asomé por la ventana, corrí a la puerta de mirar la calle y no había nadie. Todavía me asomé más para ver el fondo de la calle, sus banquetas ilustrada por el clásico mexicano que cree en la calle. Dos hombrecillos que cruzaron muy a huevo y el infaltable can que olfateaba vestigios funestos de otros canes.

La gente que sale de plano lo hace por necesidad. Los más viejos pronosticaron el fin de la humanidad, que ya nos va a cargar la tía de las muchachas por la red y sin un like. Qué susto. Le estoy dando likes a aquellos seguidores que no conozco.

Antes no había esta desolación. Me habré quedado dormido, pregunto por ahí en las casas y nadie sabe. Para mí que algo ocultan. Sospecho que hay ganas de salir adentro, ganas de callar por mientras con tal de no callar para siempre. Un sálvense quien pueda debajo de la cama a un lado de la pelota agujerada, con el puño entre los dientes, escuchando el estruendo de la música en el estéreo, si alguno trae hambre se fregó porque nadie escuchó nada.

Ya todos somos reporteros de cochera y tenemos noticias extranjeras, qué bárbaro cómo se fulminan los gamer, a una mujer de kwait le dio rabia.

Adentro de las casas hay despojos de lo que alguna vez fue ser libre como la lucha con su Blue Demon y toda la cosa, o como muchos querían: hacer lo que les diera su gana. A ver si hay quién quiera ir a echarse una chela en la plaza, coger una morra en la escalera, y dejar que amanezca atrás de la loma, mirando el patio trasero de la existencia.

Me quedaré en casa mientras el tiempo pasa con su paso lento circular en el reloj despacio. No llevo prisa. El viento se lleva la esencia, y un rencor bañado en lágrimas se acumula con los papeles del cobrador que mudó su residencia a la puerta, échenle agua al bato.

Salen los que tienen que salir a la desolación. A verse las mustias caras, el retruécano de pasos que asechan otros pasos, jóvenes corriendo a la escuela, llegando tarde como siempre. El profe que bueno es, quién sabe, dicen que entró a la escuela con palancas.

Me quedaré en casa acurrucando el sueño, si es que duermo, de ser un gran mexicano entonando el himno nacional en la plaza de armas

Mirando la bandera cómo se iza con la vista, y los ojos bizquean ante una paloma, y aplausos para que mueran en la embestida dos que tres zancudos lagañosos.

Cuidaré el sueño que me queda, una vez me los robaron todos. Me quedaré en casa de la espera sin fronteras, de cielo abierto, de ausencias, de presentimientos y mercenarios extranjeros. Si alguien llama a la puerta, ni yo mismo sé si estoy. Hace mucho que me busco y no me encuentro.

TENGO OTROS DATOS

EMOTIVO MENSAJE DEL GOBERNADOR AVA A LOS PADRES TAMAULIPECOS

A través de las redes sociales el gobernador de Tamaulipas Américo Villarreal Anaya envió felicitaciones en ocasion del día del Padre a los tamaulipecos que día con día se esfuerzan por hacer un Tamaulipas más fuerte y más grande y siendo, al mismo tiempo, un ejemplo para las generaciones que vienen.

«Con amor por la vida y por nuestra tierra, desde niño me mostraste el camino, papá. Con tu ejemplo sembraste en mí los valores que hoy me guían. Gracias por tu entrega y por enseñarme a servir con dignidad al pueblo de Tamaulipas.

Hoy felicito a todos los padres que, con esfuerzo y amor, construyen un mejor futuro para sus hijas e hijos. Celebremos su presencia, su legado y su cariño. ¡Feliz Día del Padre!».
HASTA LUEGO