Cd. del Vaticano, Vaticano.- El Papa Francisco dijo el domingo que su visita a Canadá, donde se reunirá con indígenas que sufrieron abusos en internados católicos, será «una peregrinación penitencial».

«Queridos hermanos y hermanas de Canadá, como saben, estaré con ustedes y sobre todo en el nombre de Jesús para encontrar y abrazar a las poblaciones indígenas», dijo el Papa tras el rezo del Ángelus.

«Desafortunadamente en Canadá, muchos cristianos, incluyendo miembros de instituciones religiosas, contribuyeron a políticas de asimilación cultural que, en el pasado, hicieron gran daño en distintas maneras a las comunidades nativas».

Se espera que el Pontífice aproveche su visita del 24 al 30 de julio para reiterar las disculpas que presentó a delegaciones canadienses que visitaron el Vaticano en abril.

«Recientemente en el Vaticano he recibido a varios grupos, representantes de pueblos indígenas, a quienes le manifesté mi tristeza y mi solidaridad por el mal que sufrieron», expresó el Pontífice.

«Ahora emprenderé una peregrinación penitencial que, espero, con la gracia de Dios, contribuirá a la senda de sanación y reconciliación ya empezada».

El Papa Francisco, de 85 años, decidió mantener su viaje pese a sus dolores en la rodilla, que le han obligado a cancelar otros compromisos.

Entre finales del siglo 19 y la década de 1980, unos 150 mil niños indígenas, mestizos e inuits fueron reclutados a la fuerza en 139 internados en Canadá, donde fueron apartados de sus familias, su lengua y su cultura.

Miles murieron, principalmente de desnutrición, enfermedades o negligencia, en lo que el Comité para la Verdad y la Reconciliación definió en 2015 como un «genocidio cultural». Otros fueron víctimas de abusos físicos o sexuales.

En el último año se han encontrado más de mil 300 tumbas anónimas de niños en lugares antaño ocupados por internados y las búsquedas prosiguen en todo el país.

El Pontífice fue invitado personalmente por los delegados inuits a visitar su región durante los encuentros que mantuvo con ellos en marzo y abril en el Vaticano.