Tradicionalmente se considera el día de la titulación como el momento más importante en la vida de un alumno. Es su último día como estudiante y el primero como profesionista. A partir de ahí cada joven buscará ingresar al mercado para iniciar su vida laboral. Sin embargo, a veces las cosas no salen como estaban planeadas: en no pocas ocasiones los conocimientos no se traducen en un cómo hacer las cosas.
“Es entonces cuando hablamos de competencias laborales. A veces los profesionistas no pueden señalar bajo un proceso metodológico qué es lo que saben hacer y entonces nosotros, bajo un proceso de certificación reconocido por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y bajo estándares internacionales, podemos certificarlos en una competencia”, nos explica el doctor Juan Manuel Alcalá Ruiz.
El doctor Alcalá es el titular del Centro Estatal de Capacitación y Seguimiento de la Calidad de los Servicios Profesionales (CECS) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias (FIC) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), entidad acreditada como centro evaluador por el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (CONOCER).
Otra función sustantiva del centro, si no la más importante, es la capacitación a prestadores de servicios del sector de desarrollo rural, seguimiento de los mismos con la finalidad de verificar que estén desempeñando un servicio de calidad hacia los productores. Con ello se busca aumentar la calidad de los productos del campo para hacerlos más competitivos en los mercados nacionales y en el exterior.
“En este ejercicio tenemos aproximadamente 100 prestadores de servicios profesionales y estamos dándole seguimiento a unos 160 servicios que están dando. Entre ellos están instituciones de educación superior, instituciones de educación media superior y personas físicas que trabajan de manera independiente”, nos menciona Alcalá Ruiz.
“Los cursos que se imparten en el CECS duran tres días con sesiones de ocho horas diarias; a los participantes se les ofrece la comida. Dicha capacitación puede ser en cómo hacer un diagnóstico participativo, una planeación, o bien en aspectos técnicos con la idea de que ellos puedan asesorar en la mejora de los procesos de producción de producción de naranja, nogal, tomate o dar servicio al sector de la acuicultura y pesca, o a la ganadería, por dar unos ejemplos”, agregó.
“Antes, en el sector rural teníamos básicamente productores de cultivos agrícolas, o bien teníamos productores pecuarios. Ahora, en la nueva ruralidad, tenemos también empresarios, profesionistas que le dan un valor agregado a la producción primaria. Esto ya no es nada más territorio de los agrónomos o los veterinarios; estamos hablando de que ahora se requieren licenciados en administración de empresas, en informática, abogados y demás. Ahora el sector rural demanda todo tipo de disciplina”, concluyó el titular del CECS.