Ser una persona negativa puede tener consecuencias muy negativas para tu salud. Sin olvidar cómo puede afectar a tus relaciones familiares, sociales o amorosas, ya que, si te sumerges en un estado pesimista, cualquier cosa que quieras hacer estará abocado al fracaso.

Los pensamientos negativos van minando tu confianza poco a poco, pierdes la autoestima y terminas por pensar que no vales para nada. Te llevan a pensar cosas terribles sobre ti mismo, que en realidad no tienen ningún fundamento. Ya que tú, como cualquier persona, eres capaz de hacer cualquier cosa que te propongas.

Pensar que tú no eres capaz de hacer determinada cosa, que te va a salir mal, que eres peor que los demás, que no vales para nada o que todo el mundo está contra ti, son pensamientos que influyen en tu bienestar. Ya que todos esos pensamientos negativos, afectan directamente a tu forma de vivir tu vida y cómo te comportas hacia determinadas situaciones.

La negatividad puede mermar tu calidad de vida en distintos sentidos. Por una parte, es inevitable que las personas que están a tu alrededor sufran todo ese pesimismo que desprendes en cada momento. Lo que afectará notablemente a tus relaciones sociales y, por lo tanto, a tu salud emocional.

Pero no solo eso, ser una persona negativa puede llevarte a un estado de somatización. Esto significa que puedes llegar a sentir dolor físico o síntomas de enfermedades que no tienes, que médicamente no tienen ninguna explicación, todo ello debido a ese cúmulo de pensamientos negativos que inundan tu mente cada día.

Quizá pienses que no es nada malo ser una persona negativa, incluso creas que no es negatividad sino realismo. Pero debes preguntarte algo, ¿crees sinceramente que cualquier persona está más capacitada que tú? ¿Qué tienes que esperar cola en el médico porque nunca tienes suerte? ¿Qué no vas a poder aparcar tu coche a la primera porque eso le pasa a las personas afortunadas?

Aunque tus propios pensamientos derrotistas te lleven a pensar que sí, que realmente hay personas que tienen buena suerte y por ello les pasan cosas buenas, por eso no las puedes tener tú, el resto de personas del mundo tiene buenos y malos días, como tú. La diferencia está en cómo afronte cada individuo las situaciones que se presentan cada día.

Porque todos esos pensamientos negativos, van a influir en tu vida, probablemente de una forma igualmente negativa. Tu comportamiento, e incluso tu salud, se verán afectadas por esta nube negra pesimista que tú mismo formas en tu mente. Pasarás la mayor parte del día de mal humor, responderás de mala manera a personas que no lo merecen, estarás más irritable y como consecuencia, se verán afectadas tus relaciones sociales, laborales, personales y por supuesto, tu salud física y mental.

Ser una persona negativa puede llegar a ser devastador para tu vida a corto y largo plazo. Por una parte, puedes llegar a perder muchas de las oportunidades que cada día se te presenten, ya sean laborales, amistades, relaciones amorosas o tu propia relación con las personas de tu entorno.

Por una parte:

Sufrirás el aislamiento social: La negatividad se transmite, a las personas que están a tu lado en el trabajo, a tus familiares o a tus amigos. Si te pasas el día verbalizando todo ese pesimismo que invade tu mente, las personas de tu alrededor sufrirán las consecuencias que seas tan pesimista. Como consecuencia, la gente intentará evitar pasar tiempo contigo para no tener que sufrir tu negatividad.
Serás menos productivo en tu trabajo: Por otra parte, ser pesimista te llevará a pensar que no eres una persona válida para tu trajo. Si crees que no eres bueno, ¿para qué vas a esforzarte si no te va a salir bien? Puedes pasar el día quejándote de que el sistema informático es una porquería, que no tienes herramientas adecuadas para realizar bien tu trabajo y transmitir toda esa negatividad a tus compañeros y superiores. O puedes retarte a ti mismo para dar la mejor versión de ti, a pesar de las posibles dificultades que se presenten en tu trabajo.

Perderás muchas oportunidades: Porque la vida gira y cambia cada día, en cualquier momento puede presentarse la oportunidad de tu vida, ya sea laboral, personal o una experiencia única para tu vida. Tus pensamientos negativos te afectarán de dos maneras, primero, nadie quiere a una persona pesimista a su lado, por lo que siempre elegirán a otra persona. Por otra parte, tú mismo piensas que no vales para ello, que te va a salir mal, ¿para qué lo vas a intentar?

En segundo lugar:

El peligro del estrés: El estrés está considerado como la enfermedad del Siglo XXI, muchas personas en todo el mundo lo padecen si llegar a ser conscientes de la gravedad. Erróneamente se tiende a pensar que el estrés es una forma de ponerte las pilas, ese chute de energía que te azota para pegar el último tirón cada día. Sin embargo, el estrés es un trastorno mental muy peligroso, que puede afectar gravemente a la salud. Para que te hagas una idea, diversas enfermedades como la úlcera de estómago, e incluso el cáncer, están asociados con el estrés crónico.

Todo el mundo tiene pensamientos negativos

Cualquier persona puede tener pensamientos negativos en diferentes momentos de la vida, y no es algo malo que se deba ocultar. Lo que no debes permitir es que esos pensamientos derrotistas, invadan tu mente y te impidan vivir la vida disfrutando de todas las cosas maravillosas que te van a ocurrir.

Puedes luchar contra la negatividad de diversas formas, recurre a técnicas como la meditación o el yoga. Ya que tienes herramientas gratuitas en la red que te permitirán practicar estas técnicas en la intimidad, te permitirán conectar contigo mismo y seguramente te ayudarán a visualizar las cosas desde otra perspectiva.

Pero si la negatividad se ha apoderado de tu mente, si no te sientes capaz de eliminar esos pensamientos oscuros y el estrés te está afectando a niveles peligrosos, no lo dudes y busca la ayuda de un profesional. La terapia puede ayudarte enormemente a mejorar tu estado de ánimo, mejorar tu autoestima y reducir los niveles de estrés.