La piel es el órgano más grande y extenso de nuestro cuerpo, su función es vital ya que nos protege de diferentes maneras; una de ellas es al proporcionarnos una barrera de defensa a la invasión de bacterias o a agentes infecciosos que pueden causarnos daño.

La piel está formada por 3 capas:

• Epidermis: Capa verdaderamente protectora, más superficial y carece de vasos sanguíneos.
• Dermis: Es la capa más gruesa, representa la segunda línea de defensa, contiene folículos pilosos, glándulas sebáceas y vasos sanguíneos que nutren a la epidermis.
• Tejido celular subcutáneo: Capas más interna de la piel que tiene funciones relacionadas con el depósito de adipocitos, fibras de colágeno y mantenimiento de la temperatura corporal.

¿Por qué se lesiona la piel y cómo se repara?
Si bien la piel es una barrera de defensa y protección para nuestro cuerpo, algunas veces esta barrera se puede ver interrumpida o lesionada debido a traumatismos o heridas, generando así un proceso biológico mediante el cual la propia piel repara sus heridas, también conocido como “cicatrización”, la cual se lleva a cabo en los siguientes pasos:

1. Fase de coagulación: Inmediatamente después de presentarse la lesión y el objetivo es detener la hemorragia
2. Fase de inflamación (se lleva a cabo del 3 a 6 días aproximadamente): Inicia con una lesión, existe movilización de células inflamatorias al sitio de la lesión
3. Fase de proliferación (se lleva a cabo del 4 a 14 días aproximadamente): existe proliferación de células de la dermis para reparar el tejido lesionado
4. Fase de remodelación (se lleva a cabo del día 8 hasta 1 año): se realizan depósitos de colágeno para restaurar completamente la parte afectada.