México, 10 Jun (Notimex).- La belleza y complejidad del cuento fue escudriñada por los narradores británicos Tania Hershman y Paul McVeigh, en la sesión del ciclo “Contar el cuento”, realizada anoche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en esta capital.

Bajo la moderación de la periodista mexicana Mónica Lavín y en el marco del Año Dual México-Reino Unido, los autores hablaron de las diferencias que hay entre el cuento y la novela, y compartieron su pasión por escribir narraciones cortas.

Paul McVeigh, para quien hay cosas que solamente se pueden decir a través del cuento, la novela es como correr un maratón y “en lo personal nunca he entrenado para uno”, confesó.

Asimismo, señaló que este género le ha permitido adentrarse a la obscuridad y ha descubierto que en sus cuentos entre más cortos son tienden a ser más tenebroso,

Y algo tan oscuro no se puede sostener durante muchas páginas, no se puede hacer una novela que sea pura oscuridad, porque una novela es un viaje de luz y de matices, explicó.

Por otro lado, apuntó, un cuento corto es más como un abrazo, un beso, un golpe o un pellizco, es como una flecha que al final trata de dar en el objetivo.

En su oportunidad, Tania Hershman subrayó que la novela y el cuento no son animales similares, sino que tienen cierto parecido como una ópera y un poema, pues ambos están compuestos por palabras, pero son diferentes.

Una de las cualidades del cuento, consideró, es su brevedad ya que hoy en día nada es corto.

“En Inglaterra y en el resto de todo el mundo, las series de televisión nunca acaban, hay una temporada y otra, pero también en las películas hay parte uno, dos y tres hasta la cuatro.

“En cambio en el cuento se sabe que va a terminar y rápido y si es un buen cuento, en 15 minutos, te cambiará la vida, te dará una cachetada, y si se logra ese efecto, entonces es algo que vale la pena escribir”, afirmó.

En la charla, la también escritora Mónica Lavín coincidió con los autores británicos al asegurar que un buen cuento es como una sacudida, porque es provocador y es un género donde la malicia del escritor se despliega de forma clara.

“Ya sabemos por qué escribir cuento, aunque uno lleva su libro de cuentos a una editorial y te dicen: no tienes una novela. Tal vez porque es poco querido quizá en el mundo editorial y hay pocos lectores, pero en lo personal creo en el poder del cuento; pues un buen cuento forma un lector que se va a meter a la novela”, concluyó.