El magnicidio es un fenómeno cuya ocurrencia se produce cuando la élite del poder se encuentra en un estado de división interna y en el momento en que los intereses que representan se encuentran en riesgo y por lo tanto no se vislumbran alternativas de futuro. En este sentido, la sucesión presidencial se nos muestra como si solo fuera decisión del ejecutivo en turno para elegir a su delfín que habrá que sucederle. Toda esta versión extraordinariamente simplista es la que por décadas se ha mencionado y si jamás ha sido refutada es porque nadie en realidad tiene interés en contradecirla pues es preferible conservar este enjuego antes que reconocer que cada sucesión muestra un perfil distinto a las anteriores y por tanto aun reconociendo el papel que desempeña el presidencialismo mexicano ya es hora de hacerle acotaciones con análisis menos voluntaristas y más orientado en torno al ejercicio del poder en México.

Pensemos por tanto cuales son los factores reales del poder y a partir de ello intentar desentrañar los hechos que comienzan en 1992 y concluyen dramáticamente en 1994. El primer factor real de poder seria el gobierno norteamericano. En este punto habría que precisar que papel jugó el error del presidente Salinas al apostar por el presidente Georges Bush padre quien en 1992 se presentó para buscar la reelección por un segundo periodo y la perdió ante Bill Clinton.

En efecto la economía había mejorado desde su antecesor Ronald Reagan, la política neoliberal era algo más que una verdad incontrovertible, pues había permitido al mundo renegociar los pasivos de una enorme deuda acumulada, al tiempo que la guerra fría había concluido con el fin de la URSS en 1991 y en Europa del este los movimientos antiautoritarios desplazaban al socialismo burocrático y el mundo se realineaba en torno a nuevas propuestas que solo el capital podía proveer. En este sentido la cercanía del presidente Salinas con su homologo George Bush padre tuvo que pagar altos costos pues los acuerdos del TLC se habían negociado con él y al final los acuerdos tuvieron que ser renegociados con la administración de Clinton para entrar en operación el primero de enero de 1994.

El segundo factor es la relación con una fuerza indiscutible de la Iglesia católica que justo a raíz del ascenso de Salinas se había modificado el articulo 130 constitucional y se le otorgaban reconocimiento pleno de relaciones con el Vaticano a lo que se sumó el arzobispo de Guadalajara, el cardenal Posadas Ocampo junto con el Nuncio Apostólico Monseñor Prigione, la proximidad con el régimen de Salinas se hizo clave cuando le solicitó a Salinas que ejercieran sus buenos oficios ante los Arellano Félix del cartel de Tijuana puesto que una de las condiciones que imponía el famoso Fast Track para la aprobación del TLC era que un cartel se disolviera y ellos estaban dispuestos a cambiar su status por el de empresarios y por tanto el estado les ofreció ante estos intermediarios eclesiásticos el periódico el Nacional, Fernández Editores y una serie de estaciones de radio y televisión y cuyo acuerdo para firma lo llevaba el arzobispo en su portafolio el día de su asesinato para entregarlo al Nuncio que habría que llevarlo a Salinas, pero el asesinato, la desaparición del portafolio y la negativa del gobierno norteamericano de proporcionarles medios de comunciación a los Arellano Félix frustró el intento y es ahí donde entendemos el énfasis de Carpizo por tratar de mantener la verdad histórica porque a nadie convenía la verdad.

El tercer hecho fue contra los empresarios pues dos cabezas de primera importancia son secuestrados: Alfredo Harp Helú de Banamex Accival y Ángel Lozada del grupo Gigante, la cadena de tiendas de autoservicio más extensa del país; son secuestrados y se pide un enorme rescate por ellos lo que obligó, tanto al pago extraordinario, como a establecer la necesaria distancia entre los órganos empresariales y el régimen.

El cuarto factor es el primero de enero con la aparición de la rebelión indígena encabezada por el EZLN y aquí se van a golpear simultáneamente tres puntos de apoyo a la gestión presidencial: el Ejército, los órganos de inteligencia y los gobernadores que serían la representación de los caciques y hombres fuertes regionales. Si reconstruimos el momento podríamos decir que el primero de enero de 1994 es también el momento en el que entraba en vigor el TLC; se tenía planeada la continuación de la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio en un momento en el que desde su destape y conflicto con Camacho Solís no parecía despegar y donde la clase política veía con preocupación la idea de continuidad a través de testaferros de Salinas de Gortari. Cabe señalar también que pese a las reiteradas advertencias por parte de Gobernación, del CISEN y de inteligencia militar y de Estado Mayor Presidencial a través del Gral. Godínez Bravo sobre los preparativos de la rebelión no se hizo nada por evitarlos. Por lo que no cayó de sorpresa a Salinas el anuncio de la toma de los poblados por parte del EZLN.

El impacto de la rebelión indígena fue mundial, los corresponsales se dieron cita de inmediato y es ahí donde se inventa la leyenda de Marcos, donde Salinas rehabilita a Camacho Solís como negociador en virtud de los nexos familiares con el Dr. Velazco Suárez, las fuerzas armadas son retiradas cuando por su capacidad de fuego del ejército mostraba su superioridad. Las campañas son interrumpidas y pasan sus actos a páginas interiores y se genera una movilización a favor de la causa Zapatista y así las remociones son inmediatas: el secretario de Gobernación; el gobernador interino, el jefe de la zona militar son desplazados y frente a esto Salinas aparece con un rostro conciliador y negociador.

Cual es el efecto de todos estos hechos se ha logrado desplazar las alianzas en torno a la sucesión presidencial al afectar a los pilares del sistema político mexicano: la relación con Estados Unidos y el TLC; se ha producido el asesinato de un príncipe de la Iglesia Católica donde cabezas del narcotráfico quedaron involucradas; han sido afectados dirigentes empresariales del sector financiero y comercial y una rebelión indígena ha traído como consecuencia la remoción en Chiapas de su clase política caciquil en un momento en el que disponían también de la Secretaría de Gobernación; de la Secretaría de Agricultura con Hank Gonzales y contaban con el apoyo del bloque de gobernadores de Chiapas, Quintana Roo; Campeche; Tabasco, Aguascalientes y Estado de México, donde la tesis no era apoyar a un candidato en especial, sino negociar en bloque los votos de sus estados con el candidato triunfante. El problema es que de ser entidades sin oposición después cada una de ellas iría cayendo y su clase política sería desplazada. Al final el propio Salinas terminaría eligiendo a Zedillo, su verdugo, su ex cuñado José Francisco Ruíz Massieu fue asesinado. Finalmente cuando el 23 de marzo Colosio fue asesinado previamente se le había retirado todo el apoyo a su campaña y la clase política se había alejado de quien era inminente sería desplazado. En fin ¿quién mató a Colosio? Eso nunca lo sabremos, pues hay evidencia de hasta dos Aburto. Pero en realidad lo que fue liquidado fue el sistema político y su partido.