Ciudad de México.- La violencia de los secuestradores va en aumento, de acuerdo con activistas y especialistas en el tema.

Las bandas de plagiarios ejercen cada vez más violencia contra las víctimas para presionar el cobro de los rescates y, en los últimos meses, han recurrido a videograbar agresiones físicas y sexuales en contra de sus víctimas para presionar a sus familiares.

Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la organización Alto al Secuestro, estimó que el 90 por ciento de las mujeres víctimas de este delito son abusadas sexualmente durante el cautiverio.

Mencionó que alrededor del 17 por ciento de las víctimas –hombres y mujeres– mueren durante el plagio, y otro 12 por ciento son desaparecidas después de que sus captores cobran los rescates.

«Ahora hay muchísima más violencia, no hay comparación; antes se podría decir que cuidaban a la víctima porque la veían como una mercancía de intercambio», señaló Miranda de Wallace.

«Les daban de comer, les daban medicamentos, no los golpeaban. ‘El Mochaorejas’ fue el que empezó a mutilar, pero no ejercían tanta violencia; ahora ejercen mucha más violencia».

Las agresiones a las personas secuestradas van desde mutilar extremidades y aplicar distintos métodos de tortura física y psicológica hasta ejercer violencia sexual.

En muchos casos, indican testimonios que han llegado a manos de autoridades, estos actos son videograbados por los plagiarios y enviados a los familiares con la amenaza de aumentar la saña si no acceden a sus pretensiones económicas o llaman a la Policía.

«Si no me pagas le corto otro dedo», dice un secuestrador encapuchado en un video al que Grupo REFORMA tuvo acceso.

«No están jugando papá, dales el dinero papá. Te lo suplico, no metas a los policías», exclama en otro video un joven secuestrado, mientras lo golpean y le introducen un arma en la boca.

Fuentes gubernamentales consultadas indicaron que los estados donde hay registros de bandas más violentas son Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, Ciudad de México y Estado de México.

Explicaron que muchas de estas bandas están vinculadas con grupos del crimen organizado como Los Zetas y los Cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.