Monterrey- Estando en su casa, una mujer de la tercera edad contestó una llamada realizada a su teléfono residencial, para caer víctima de una extorsión.

Al filo de las 14:00 horas, la regiomontana escuchó del otro lado del auricular una voz que parecía ser la de una de sus sobrinas, para después recibir instrucciones de un hombre que la amenazó con mandarle «a pedacitos» el cuerpo de su familiar.

Amenazada, la vecina obedeció las instrucciones y se dispuso a pagar «el rescate», para lo cual la exigencia fue de que no colgara el teléfono y que tampoco avisara a ninguna persona sobre «el secuestro».

En lo que Juana María pagaba «el rescate», el teléfono estuvo en todo momento atendido por su esposo José, de 71 años, que era el que le pasaba las instrucciones y los montos.

Además, los extorsionadores le exigieron que no llamara a las autoridades, ya que «la tenían vigilada».

«Si hasta me dieron señas, de cómo era la fachada de mi casa y hasta de los autos que tenemos», expresó Juana María, de 65 años.

Autoridades estatales señalan que actualmente, los maleantes recurren a Google Maps, para bajar direcciones y ver casas y sus características.

Después de dos horas y de acudir a tiendas de conveniencia para pagar «el rescate», cerca de las 16:00 horas, Juana María terminó de hacer los depósitos que le exigieron, quedando con 20 mil pesos menos en su patrimonio.

Una vez que colgó el teléfono, aterrorizada, llamó a los papás de su sobrina, para darse cuenta que su familiar todo el tiempo estuvo tomando clases en la universidad sin siquiera darse cuenta del asunto.