“Si para algo vale la pena vivir, es para querer y ser querido”, así terminó su discurso Rodolfo Tuirán Gutiérrez la mañana del 30 de septiembre, fecha en que la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), por disposición del Consejo Universitario, le otorgó en presencia del gobernador Egidio Torre Cantú el doctorado honoris causa, en reconocimiento a sus incontables aportes a la demografía, la economía y la educación.

Sin duda es bien querido en Tamaulipas quien durante los últimos años ha ocupado cargos de la más alta responsabilidad en la Secretaría de Educación Pública (SEP) y beneficiado a través de su gestión el desarrollo de la UAT y de otras instituciones. Pero además, tal como lo señaló el rector José Ma. Leal Gutiérrez, Tuirán “es un caso de éxito como amigo, como hermano, como hijo, como padre y, por supuesto, como esposo; una persona con valores y principios”.

Cualidades de las que el galardonado dejó constancia al reconocer que ninguno de sus logros en la investigación, la docencia o la administración pública son producto de un esfuerzo solitario. En cada aventura lo ha acompañado la luz que sobre él proyecta el amor de su familia: padres, hermanos, esposa e hijas.

Evocamos esa luz en la secundaria “Benito Juárez” de Piedras Negras, Coahuila, que en 1969 recibió a Rodolfo Alfredo, hijo de doña María del Socorro Gutiérrez y del cirujano oftalmólogo José Vicente Tuirán, quien llegó a la Unidad Médica No. 11 designado por el Instituto Mexicano del Seguro Social tras concluir su internado en el Centro Médico Nacional Siglo XXI. La siguiente escala fue Saltillo, en el legendario Ateneo Fuente, crisol académico de personajes como Venustiano Carranza, Julio Torri y Vito Alessio Robles, para más tarde cursar la licenciatura en Economía en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Iniciaba así una carrera que evolucionó hacia la especialización en Demografía al obtener el grado de máster en el Colegio de México —del que se hizo catedrático a la edad de 28 años— y en la Universidad de Texas en Austin el doctorado en Sociología, pasión académica que comparte con su esposa, Paulina Grobet Vallarta, prestigiada especialista en estudios de población y de género.

Su infatigable actividad en la comprensión de las causas y consecuencias de los fenómenos demográficos lo llevó a presidir la Sociedad Mexicana de Demografía y más tarde a dirigir el Consejo Nacional de Población, mereciendo en 2004 el Premio Nacional en Demografía por “el diseño de políticas, estrategias y programas en los ámbitos de la población, la superación de la pobreza, el desarrollo urbano, la migración interna e internacional, la condición social de la mujer y la familia”, según explica el acuerdo presidencial correspondiente.

Una trayectoria que ha sabido conciliar el rigor científico y la exigencia del trabajo académico con el desempeño eficiente en el servicio público, pues Tuirán ha sido también subsecretario en la Secretaría de Desarrollo Social y en la SEP, donde llegó a ocupar provisionalmente el mando.

Es ahí donde se afianza su vinculación con la UAT, pues como subsecretario de Educación Superior, de 2006 a 2012 atestiguó el desarrollo cualitativo y cuantitativo de nuestra Universidad, y como subsecretario de Educación Media Superior, cargo que ocupa desde diciembre pasado, apoyó la creación de tres nuevas preparatorias en la alma máter tamaulipeca. A partir del 30 de septiembre, como miembro de su claustro académico, Rodolfo Tuirán es orgullosamente UAT.