Para quienes hoy entran a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), y se maravillan con sus instalaciones, tal vez resulte imposible imaginar que un día esta escuela estuvo a punto de cerrar sus puertas. Pero quienes vivieron esa época la recuerdan como el momento que forjó no solo el destino de la Facultad, sino su propio carácter.

La historia se remonta a 1957, cuando Ciudad Victoria, con cerca de 60,000 habitantes, tenía la Escuela Normal y Preparatoria, la Escuela “Álvaro Obregón” y la Normal Rural “Lauro Aguirre” como únicas opciones de educación profesional. La UAT, creada el 10 de abril de 1956 por decreto del gobernador Horacio Terán, contaba solamente con las escuelas de Medicina y Leyes ubicadas en Tampico.

Según lo narra el cronista de la FMVZ, Vicente Lettiery, un joven veterinario nativo de Xicoténcatl, Crescencio Saldaña Bolaños, egresado de la UNAM en 1954, fue quien le planteó al nuevo gobernador, Norberto Treviño Zapata, la importancia de crear una escuela que atendiera el potencial ganadero de la entidad y del país, despertando este anhelo en el mandatario. Así, el 17 de octubre de 1957, con el médico Saldaña como director, la Escuela de Medicina Veterinaria sería la primera institución de la UAT en el centro del estado.

El mismo Lettiery señala que la consolidación de su facultad pasó por tres etapas: “El gobernador autorizó la creación, pero la Universidad no tenía donde ubicarla. Entonces surgió la voz del ingeniero Rudecindo Montemayor, director de Fomento Agropecuario, quien sugirió que se estableciera en la posta zootécnica de esa dependencia”. Así fue como los 5 alumnos de la primera generación tomaron clases en esas instalaciones y realizaron prácticas en la Unión Ganadera Local.

“Eran circunstancias difíciles, porque no habiendo veterinarios en Victoria, había que traer de otras partes a los maestros. A pesar de tomar clases en un modesto cuartito con techo de láminas, hubo severas críticas porque el gobierno gastaba muchos recursos en tan pocos alumnos”, dice el cronista.

En la segunda generación ingresaron 10 alumnos y en la tercera, 8, que incluyó la primera mujer, Blanca Sánchez Solís, quien una década más tarde participaría en la fundación de la Facultad de Agronomía. Aquellos 23 estudiantes, integrados como Sociedad de Alumnos, organizaron el primer baile para recaudar fondos.

El momento crítico vendría un año después, cuando ingresaron cinco alumnos. Se planteó entonces el cierre de la escuela. Sin embargo, la perseverancia de los estudiantes y la solidaridad de los maestros no menguaron. “Tuvimos además el apoyo de Teresita Treviño García-Manzo, la hija del gobernador, que estudiaba Veterinaria en la ciudad de México y siempre nos respaldó. Quizá el recuerdo de ella hizo que el doctor le echara tantas ganas a la consolidación de la escuela”.

En la siguiente década la FMVZ logró desarrollarse y atraer estudiantes de todo el norte del país, prestigio que creció hasta posicionarse en los ochenta como la mejor escuela veterinaria de México. En 1967, siendo gobernador el licenciado Praxedis Balboa, la facultad se trasladó a un edificio propio en el recién creado Centro Universitario Victoria y en 1982, bajo el gobierno del doctor Emilio Martínez Manautou, se ubicó definitivamente en la Posta Zootécnica, adoptando desde entonces el nombre de su fundador, “Norberto Treviño Zapata”.