Normalmente en un partido de fútbol los jugadores saltan del banquillo al campo cuando se produce un cambio. Sin embargo, el delantero brasileño de 21 años Marlon Natanael de Lima Alexandre hará el recorrido inverso, yendo al banquillo… pero al de los acusados. La policía de Porto Alegre, capital del estado de Río Grande del Sur del país sudamericano, le detuvo en pleno partido del equipo en el que milita, el Sapucaiense, acusado de pertenecer a una banda de secuestradores.

El arresto se produjo durante el encuentro de su equipo contra el Farroupilha de la segunda división del campeonato Gaúcho, disputado el pasado miércoles 3 de mayo en el estadio Artur Mesquita Dias del suburbio de Sapucaia do Sul, a unos 20 km de la capital. A los 15 minutos del primer tiempo un comando policial se acercó al banco de suplentes donde se encontraba Marlon y se lo llevó de allí esposado, a la vista de sus compañeros y de los espectadores que, en escaso número, veían el partido.

César Carrion, portavoz de la policía de Porto Alegre, explicó que hacía tiempo que investigaban al deportista “por un secuestro exprés de una persona abordada en un centro comercial y que fue mantenida retenida mientras usaban sus tarjetas de crédito para compras”, que habría ocurrido el pasado mes de octubre. Otras seis personas también han sido detenidas en relación con el mismo caso.

Carrion añadió que ya había tres órdenes de detención más contra Marlon, una de ellas relacionada con otro secuestro con extorsión, e incluso el año pasado se le había arrestado por su implicación en el robo de un coche. “Es lamentable que un futbolista participe en la clandestinidad de crímenes. Él tiene un salario de más de mil reales (unos 290 euros, 320 dólares) mensuales y podía tener un futuro brillante”, dijo el representante policial al respecto.

La policía explica que lo inusual de la operación, irrumpiendo en el estadio, se debió a la dificultad de identificar al sospechoso, de quien solo pudieron conocer su identidad gracias a denuncias anónimas y filtraciones; los agentes ignoraban por completo su domicilio, pero sí les constaba que el jugador conocía las denuncias contra él y estaba preparando su huida. Las autoridades han querido recalcar, asimismo, que el club no tenía nada que ver con las actividades delictivas de su jugador, y que incluso ofrecieron su colaboración en el procedimiento. De hecho, el presidente de la entidad, José Luis Rech Cristianetti, se mostró muy sorprendido “porque aquí dentro era un chico de buen comportamiento, cumplía rigurosamente con todas sus obligaciones”.

El futbolista defiende su inocencia y asegura que su única fuente de ingresos es precisamente su sueldo en el Sapucaiense. Mientras se aclara la situación, se encuentra en comisaría prestando declaración y luego será trasladado a prisión preventiva.