Guadalajara, Jalisco – A los cinco años, Andrés Guardado comenzó su andar por las canchas del futbol y desde entonces destacó por jugar siempre con la cabeza levantada.

Y no fue un entrenador el que le enseñó a pegarle y conducir el balón, sino Virginia Tovar, quien antes de ser árbitro fue entrenadora y la primera maestra del Principito, al que veía como un niño que siempre sobresalió de los demás.

Vicky trabajaba en aquellos tiempos en el Club Atlas Chapalita, donde recibió al actual jugador del Betis y seleccionado nacional.

“Era como todos, tierno, juguetón, inquieto. Traía sus chinitos, muy bonito, se veía muy curioso con su melena y sus chinos. Desde chico ya levantaba la cabeza para saber dónde mandaría el balón”, relató a Mediotiempo.

“No era de los niños que normalmente van con la cabeza abajo pateando el balón. Él no, ya traía esa chispa, esa noción, se le daba natural. Quizá la técnica no se le daba, pero fue zurdo de toda la vida”.

Rojinegro hasta la médula, Guardado también se distinguió desde sus primeros años por la zurda, tan escasa, no solo en categorías infantiles, sino también en el profesionalismo.

“Le costaba mucho trabajo con la pierna derecha, me acuerdo que se enojaban los niños cuando ponía a todos a patear con la izquierda porque decían: ‘Andresito es zurdo’”, recordó.

“Pero luego los ponía a pegarle con la derecha y me decía: ‘maestra, con esa no me ponga’. Renegaba, pero le tenían que pegar con los dos pies”.

Emocionada por recordar los inicios del volante, Tovar destacó que ese Atlas Chapalita fue la primera experiencia de Guardado en el futbol organizado. Además, celebra que el seleccionado nunca perdió el piso.

“Eran cuatro o cinco niños que sobresalían del resto del equipo, pero cuando íbamos a jugar a un lado yo les pedía ‘vamos a hacer cinco goles’ y lo hacían. Los papás (del equipo rival) se enojaban. Impactábamos donde jugábamos”, aseguró.

La silbante también cuenta que hace poco se encontró con el futbolista, quien se dio un tiempo para saludarla y agradecerle el cariño.

“Estaban grabando un comercial y le grité: ‘¡Andrés!’. Volteó y me gritó: ‘¡Vicky!’ con alegría, me sentí emocionada porque no me olvidó. Corrió, me abrazó, le dije que me sentía muy orgullosa de él y que su éxito era por su profesionalismo y constancia. Su papá siempre lo apoyó desde chiquillo y eso es fundamental”, agregó.

“Estoy muy orgullosa de ese chiquillo, la verdad. No perdió piso, es un gran jugador, muy completo, lo han puesto de capitán y cuando lo sacan de cambio, se acabó la Selección. Gozo los partidos cuando está Andrés Guardado. Me tengo que hacer a la idea de cuando ya no esté, sé que no será eterno, pero me siento muy orgullosa de él”.